Después de analizar los datos arrojados por los votos computados en las elecciones celebradas el pasado 20N, podemos sacar una serie de conclusiones.
Una de ellas es que decir que el PP ha ganado las elecciones porque los ciudadanos españoles han apostado por el cambio, tal y como dice su slogan electoral, sería una afirmación cuando menos discutible, ya que sería más correcto decir que el PSOE ha perdido la confianza del electorado y el PP ha sacado provecho de la dispersión de esos votantes para convertirse en la fuerza política más votada. El número de votos recibido por el PP es de 10,830,693, es decir, unos 600,000 más que en las pasadas elecciones, un millón más que en las de 2004, y sólo 400,000 más que en la anterior mayoría absoluta del PP en el año 2000. ¿Qué significa esto? Significa que el suelo de votos del PP está en torno a los 10 millones y medio de votantes, y la variación de éste con los votos recibidos es fundamentalmente consecuencia del aumento del censo electoral. Sin embargo el suelo del PSOE es mucho más variable, los datos así lo refutan, recibiendo en sus dos victorias electorales de 2004 y 2008 en torno a los 11 millones de votos, mientras que en estas últimas de 2011 y en las de 2000, el número de votos fue de cerca de 7 y 8 millones respectivamente. Partidos nacionalistas aparte, si el PP aglutina los votos de todo el espectro conservador del mapa político español, el PSOE aglutinaría el voto progresista. Existe, no obstante una gran diferencia, mientras la fidelidad de los votantes del primero es continua e incuestionable; esto no ocurre así con los votantes progresistas, ya que cada vez que el PSOE se ha alejado de las políticas que se supone debe llevar a cabo, una gran parte de estos le abandonan y optan bien por la abstención bien por otras opciones, pero eso sí, practicamente ninguno de ellos depositará su confianza en el PP, contradiciendo de este modo el slogan con el que ha acudido a la pasada campaña electoral; ya que podemos afirmar que practicamente nadie se ha sumado al cambio, sino que han sido los errores del PSOE en sus años de gobierno los que le han servido el triunfo electoral en bandeja de plata.
Otro dato que arrojan las cifras de votos, y esto es algo recurrente en cada proceso electoral, es lo tremendamente injusto que es la ley D`Hont como modelo para la adjudicación de los escaños parlamentarios. Esta ley, que tiene su origen en los años de la transición, fue adoptada con el objetivo de evitar una excesiva fragmentación de las cortes en pro de una supuesta mayor operatividad, pero la realidad que subyace es que fue hecha con la intención de favorecer a los grandes partidos que diseñaron, de este modo, un modelo a su medida para asegurarse su dominio del parlamento y, en consecuencia, el poder de decisión sobre la adjudicación de puestos en la adminsitración que de éste emanan. Un monopolio del poder tristemente histórico en España, desde los tiempos en que Cánovas y Sagasta se repartían los sucesivos gobiernos de finales del siglo XIX y principios del XX.
Con un modelo de circunscripción única para la cámara baja, el reparto de fuerzas políticas en el hemiciclo quedaría de la siguiente forma (entre paréntesis los escaños realmente obtenidos), lo que, como podemos observar, desmonta la tesis de que los grandes beneficiados sean los partidos nacionalistas.
(nota: he tomado un mínimo de 100,000 votos para obtener representación)
PP: 163 (186)
PSOE: 105 (110)
IU-LV: 25 (11)
UPyD: 17 (5)
CIU: 15 (16)
AMAIUR: 5 (7)
EAJ PNV: 5 (5)
ESQUERRA: 4 (3)
BNG: 3 (2)
CC-NC-PNC: 2 (2)
COMPROMIS-Q: 2 (1)
FAC: 0 (1)
GBAI: 0 (1)
EQUO: 3 (0)
PACMA: 1 (0)
Con este modelo de circunscripción única, los partidos nacionalistas mantendrían su presencia parlamentaria: 37 frente a 38, mientras que serían los dos grandes partidos, PP y PSOE, los que con 28 escaños menos, perderían su posición de fuerza en el congreso, no dándose ningún caso de mayoría absoluta en ninguna de las elecciones generales celebradas en España desde que se reinstauró la democracia en 1977.
Finalmente, y ya como conclusión final, desde esta página insto a que se acelere un cambio en el PSOE, el partido debe mirar hacia sus militantes y sentar las bases de una acción política fiel a su ideología y sus principios. Debe recuperar esos valores por los que muchos les hemos otorgado nuestra confianza con nuestro voto y ejercer el liderazgo, en conminencia con el resto de partidos de izquierdas, para que los ciudadanos progresistas volvamos a sentirnos representados por el gobierno de nuestro país.
E igualmente me sumo a las millones las voces que piden un cambio en la ley electoral para que las cortes representen de una forma más fehaciente el sentir político de España y para evitar un bipartidismo que no hace ningún bien a la democracia. Un sistema más justo de representación, más acorde con las demandas de la ciudadanía y que, igualmente, motivaría a esos grandes partidos a mostrarse más cercanos al electorado, sabedores de que su cómoda posición ya no es inamovible.
(Los cifras de votos son las ofrecidos por el Ministerio del Interior en su página web).
miércoles, 23 de noviembre de 2011
viernes, 18 de noviembre de 2011
PORQUE YO SÍ TENGO MEMORIA, EL PRÓXIMO 20N VOTARÉ AL PSOE
Se dice que en política la memoria a largo plazo no existe, que son en realidad los últimos seis meses lo que van a definir a un gobierno o a cada uno de los integrantes de la vida política de un país. Sólo así se entiende que el ejecutivo que ha gobernado España los últimos siete años y medio sea uno de los más denostados en la historia de este país, y que su presidente, Rodríguez Zapatero, sea presentado como un leviatán de nuestra democracia. ¿Es que ya no nos acordamos de sus primeros años de gobierno cuando España fue ejemplo de políticas sociales en todo el mundo y el nivel de vida de los españoles alcanzó cotas máximas?. En esos primeros casi cinco años, tanto las pensiones como el salario mínimo interprofesional fueron continuamente elevados. Los derechos de los trabajadores aumentaron y fue regularizada la situación laboral de cientos de miles de personas que eran empleados en condiciones de exclusión social. Millones de personas vieron ampliados sus derechos, se aumentaron las ayudas a aquellos que más lo necesitaban y se incentivaron medidas para desarrollar nuevas tecnologías y crear un modelo de economía sostenible.
Una política con un claro fin, que era fortalecer el estado de bienestar y crear una sociedad más justa e igualitaria. Sí, suena a utopía, pero ese es el país que se quería construir.
Sin embargo todo cambió a finales de 2008 cuando estalló la crisis mundial. Una crisis motivada por la usura de las entidades bancarias y la especulación de los mercados, ambos grandes benefactores de un liberalismo económico que hoy parece la solución, cuando en realidad siempre ha sido el causante del problema. Así, en una Europa y unos EEUU gobernados por los grandes defensores de este modelo económico, se pensó primero en salvar el sistema antes que a los ciudadanos. Como consecuencia de todo esto, España, un país donde ningún gobierno se ha involucrado realmente en crear una industria fuerte, y dependiente, por tanto, monetariamente de los países que le rodean, al ser el sector servicios el motor de su economía, sufrió la crisis con mayor intensidad. Las agencias de calificación, unas entidades completamente desconocidas para la gran mayoría de los ciudadanos, especularon con la deuda soberana, lo que generó dudas en los mercados de inversión, el dinero comenzó a dejar de fluir y fue el eslabón más débil, el trabajador, el que pagó las consecuencias. Las empresas comenzaron a despedir gente, exigiendo una reforma laboral que les diera más poder frente a sus empleados, y el gobierno español acabó aplicando todas y cada una de las reformas que le fueron impuestas desde una Europa empeñada en fortalecer un modelo económico muy diferente del que el gobierno socialista intentó crear en sus primeros años de gobierno.
¿Fue el gran error de Rodríguez Zapatero no explicar a los ciudadanos cuál era la situación y qué se nos exigía para, supuestamente, mejorar ésta?.
Posiblemente sí. Si en ese momento se hubiese negado a aplicar las reformas, hubiera explicado qué estaba sucediendo y seguidamente hubiera convocado elecciones, el pueblo español podría haberse pronunciado y elegir entre esa política diferente o echarse en manos de este neoliberalismo despiadado. ¿Y por qué no lo hizo entonces? Aquí cabrían muchas especulaciones. Y probablemente, si la anterior tregua terrorista hubiera llegado al punto en el que actualmente estamos, así hubiera actuado. Terminar con el terrorismo de eta fue uno de sus principales objetivos cuando fue nombrado presidente, y se convirtió en prácticamente una obsesión cuando en diciembre 2006 el atentado de la T4 acabó con aquello que parecía estar tan cercano. Así, con el fin de eta entre ceja y ceja, Rodríguez Zapatero decidió continuar al frente del gobierno hasta acabar con la banda terrorista.
El que ha sido el presidente con mayor carga ideológica que ha tenido España, tuvo entonces que aplicar las que, posiblemente, han sido las leyes más alejadas de aquello que pregona el ideario de esa izquierda en la que él cree. Acabó finalmente con eta, pero, ¿a qué precio?.
El presidente que un día soñó que las cosas sí podían hacerse de otra forma, se dio de bruces con la realidad de una Europa dominada por la banca y los mercados, acabó olvidando su ideología y allanó el camino a esta nueva Europa tan alejada del estado del bienestar que tanto nos costó construir.
Una última aportación de sus años de gobierno y de la que, paradójicamente y a pesar del daño electoral que pueda causar a su partido, seguramente sienta gran satisfacción es que, con motivo de su giro político y de las reformas aplicadas, los ciudadanos hayan despertado de su adormecimiento y se hayan echado a la calle para plantar cara al sistema que se quiere imponer, reclamando esa otra forma de hacer las cosas que él un día imaginó.
Por estas razones, porque sueño con que otro mundo sí es posible y porque durante casi cinco años no pareció tan lejos, otorgaré de nuevo mi confianza al PSOE el próximo 20N. Porque, a pesar de sus errores y de su giro ideológico, yo sí tengo memoria y, en mi opinión, sí merecen la oportunidad de volver a hacernos creer que las cosas se pueden hacer de otro modo.
Una política con un claro fin, que era fortalecer el estado de bienestar y crear una sociedad más justa e igualitaria. Sí, suena a utopía, pero ese es el país que se quería construir.
Sin embargo todo cambió a finales de 2008 cuando estalló la crisis mundial. Una crisis motivada por la usura de las entidades bancarias y la especulación de los mercados, ambos grandes benefactores de un liberalismo económico que hoy parece la solución, cuando en realidad siempre ha sido el causante del problema. Así, en una Europa y unos EEUU gobernados por los grandes defensores de este modelo económico, se pensó primero en salvar el sistema antes que a los ciudadanos. Como consecuencia de todo esto, España, un país donde ningún gobierno se ha involucrado realmente en crear una industria fuerte, y dependiente, por tanto, monetariamente de los países que le rodean, al ser el sector servicios el motor de su economía, sufrió la crisis con mayor intensidad. Las agencias de calificación, unas entidades completamente desconocidas para la gran mayoría de los ciudadanos, especularon con la deuda soberana, lo que generó dudas en los mercados de inversión, el dinero comenzó a dejar de fluir y fue el eslabón más débil, el trabajador, el que pagó las consecuencias. Las empresas comenzaron a despedir gente, exigiendo una reforma laboral que les diera más poder frente a sus empleados, y el gobierno español acabó aplicando todas y cada una de las reformas que le fueron impuestas desde una Europa empeñada en fortalecer un modelo económico muy diferente del que el gobierno socialista intentó crear en sus primeros años de gobierno.
¿Fue el gran error de Rodríguez Zapatero no explicar a los ciudadanos cuál era la situación y qué se nos exigía para, supuestamente, mejorar ésta?.
Posiblemente sí. Si en ese momento se hubiese negado a aplicar las reformas, hubiera explicado qué estaba sucediendo y seguidamente hubiera convocado elecciones, el pueblo español podría haberse pronunciado y elegir entre esa política diferente o echarse en manos de este neoliberalismo despiadado. ¿Y por qué no lo hizo entonces? Aquí cabrían muchas especulaciones. Y probablemente, si la anterior tregua terrorista hubiera llegado al punto en el que actualmente estamos, así hubiera actuado. Terminar con el terrorismo de eta fue uno de sus principales objetivos cuando fue nombrado presidente, y se convirtió en prácticamente una obsesión cuando en diciembre 2006 el atentado de la T4 acabó con aquello que parecía estar tan cercano. Así, con el fin de eta entre ceja y ceja, Rodríguez Zapatero decidió continuar al frente del gobierno hasta acabar con la banda terrorista.
El que ha sido el presidente con mayor carga ideológica que ha tenido España, tuvo entonces que aplicar las que, posiblemente, han sido las leyes más alejadas de aquello que pregona el ideario de esa izquierda en la que él cree. Acabó finalmente con eta, pero, ¿a qué precio?.
El presidente que un día soñó que las cosas sí podían hacerse de otra forma, se dio de bruces con la realidad de una Europa dominada por la banca y los mercados, acabó olvidando su ideología y allanó el camino a esta nueva Europa tan alejada del estado del bienestar que tanto nos costó construir.
Una última aportación de sus años de gobierno y de la que, paradójicamente y a pesar del daño electoral que pueda causar a su partido, seguramente sienta gran satisfacción es que, con motivo de su giro político y de las reformas aplicadas, los ciudadanos hayan despertado de su adormecimiento y se hayan echado a la calle para plantar cara al sistema que se quiere imponer, reclamando esa otra forma de hacer las cosas que él un día imaginó.
Por estas razones, porque sueño con que otro mundo sí es posible y porque durante casi cinco años no pareció tan lejos, otorgaré de nuevo mi confianza al PSOE el próximo 20N. Porque, a pesar de sus errores y de su giro ideológico, yo sí tengo memoria y, en mi opinión, sí merecen la oportunidad de volver a hacernos creer que las cosas se pueden hacer de otro modo.
jueves, 27 de octubre de 2011
SE BUSCAN SOÑADORES...
Hola a tod@s, hoy es el primer día que aparece mi libro "SE BUSCAN SOÑADORES..." publicado en Bubok. Os pego el enlace donde se puede ver y, si alguien quiere, adquirirlo en papel o e-book. Aguardo expectante vuestras críticas.
Un abrazo.
http://www.bubok.es/libros/207817/SE-BUSCAN-SONADORES
Un abrazo.
http://www.bubok.es/libros/207817/SE-BUSCAN-SONADORES
martes, 18 de octubre de 2011
EL 15O
El pasado sábado 15 de Octubre, participé en la marcha de Sevilla convocada por la plataforma del 15M. Tenía curiosidad por ver cómo el movimiento iniciado poco antes de las elecciones municipales del 22 de Mayo, había evolucionado en estos cinco meses desde su puesta en marcha.
Mis sensaciones fueron varias. Me quedo especialmente con el espíritu del movimiento. Éste surgió de la indignación de los ciudadanos, al ver cómo aquellos en los que confiamos nuestros votos, con la misión de gobernar el país, traicionan esa confianza y siguen el dictado de organismos cuyo único fin es la obtención de riqueza, sin importar lo que cueste ni sus consecuencias. Siendo la polarización de la sociedad y el desmantelimiento de los servicios públicos esenciales, las más terribles de todas ellas, creando desigüaldades y dificultando el acceso a servicios esenciales a una, cada vez mayor, parte de la ciudadanía.
Este artículo ha sido publicado el pasado día 2 de Octubre en el diario Público:
http://blogs.publico.es/cartasdeloslectores/2098/19-de-octubre-4/
Mis sensaciones fueron varias. Me quedo especialmente con el espíritu del movimiento. Éste surgió de la indignación de los ciudadanos, al ver cómo aquellos en los que confiamos nuestros votos, con la misión de gobernar el país, traicionan esa confianza y siguen el dictado de organismos cuyo único fin es la obtención de riqueza, sin importar lo que cueste ni sus consecuencias. Siendo la polarización de la sociedad y el desmantelimiento de los servicios públicos esenciales, las más terribles de todas ellas, creando desigüaldades y dificultando el acceso a servicios esenciales a una, cada vez mayor, parte de la ciudadanía.
En la manifestación había gente de “casi” todos los espectros sociales, y digo "casi", porque obviamente no estaban aquellos que alaban y necesitan este sistema injusto y mezquino, que es el que les proporciona esa riqueza que arrancan de las manos de la gran mayoría de la sociedad. Faltaban los bancos, las grandes empresas, los fondos económicos y de inversión; los cuales especulan con la vida y el bienestar de millones de personas en todo el mundo, logrando su millonario status a cambio de la miseria del resto de la población.
¿Son los políticos los culpables del sistema o lo son de dejar que éste les pase por encima?
Yo me inclino más por lo segundo, por lo que aquí entró en conflicto con determinadas consignas mostradas en el movimiento. Sí vivimos en democracia, no lo olvidemos, y quienes han vivido en dictadura, lo que, lamentablemente, no queda muy lejos en la memoria de España, se llevarán las manos a la cabeza al escuchar que no vivimos en ella. Por tanto, el sistema, con los fallos que pueda tener, es el que debemos defender. Seguro que son necesarias mejoras en muchos aspectos, pero no debemos olvidar que son nuestros votos los que configuran el parlamento, y es este parlamento el que elige el gobierno de la nación. Por tanto, es aquí donde podemos empezar a cambiar las cosas, porque está muy claro qué opciones han apostado siempre por este sistema económico ultra-liberal y descontrolado por parte del estado y qué opciones se han mostrado profundamente contrarias a él. ¿El gobierno actual? Siempre ha hablado de regular el sistema y de crear una economía sostenible y social, pero al final ha acabado claudicando ante el empuje y el chantaje de los poderes fácticos antes mencionados.. ¿Si la economía no hubiera sido tirada abajo por especuladores habría actuado de otra forma? Posiblemente sí, los cuatro primeros años de legislatura, España fue un ejemplo de políticas públicas y sociales, pero todo ello se derrumbó como un castillo de naipes ante aquellos que precisan de mayor poder y control para satisfacer su avaricia.
Por tanto, si la política es la que permitió que estos organismos le pasaran por encima y le arrebataran el poder que los ciudadanos le otorgaron, es la misma política, y por ende sus políticos, la que tiene la obligación de actuar, recuperar su lugar y expulsarles de los círculos de poder. Esa es la voluntad de la ciudadanía. Esto es, lo que en mi opinión, impregna las proclamas del 15M; lo que cada ciudadano de este país debería defender con su voz y su voto el próximo 20 de Noviembre.¿Son los políticos los culpables del sistema o lo son de dejar que éste les pase por encima?
Yo me inclino más por lo segundo, por lo que aquí entró en conflicto con determinadas consignas mostradas en el movimiento. Sí vivimos en democracia, no lo olvidemos, y quienes han vivido en dictadura, lo que, lamentablemente, no queda muy lejos en la memoria de España, se llevarán las manos a la cabeza al escuchar que no vivimos en ella. Por tanto, el sistema, con los fallos que pueda tener, es el que debemos defender. Seguro que son necesarias mejoras en muchos aspectos, pero no debemos olvidar que son nuestros votos los que configuran el parlamento, y es este parlamento el que elige el gobierno de la nación. Por tanto, es aquí donde podemos empezar a cambiar las cosas, porque está muy claro qué opciones han apostado siempre por este sistema económico ultra-liberal y descontrolado por parte del estado y qué opciones se han mostrado profundamente contrarias a él. ¿El gobierno actual? Siempre ha hablado de regular el sistema y de crear una economía sostenible y social, pero al final ha acabado claudicando ante el empuje y el chantaje de los poderes fácticos antes mencionados.. ¿Si la economía no hubiera sido tirada abajo por especuladores habría actuado de otra forma? Posiblemente sí, los cuatro primeros años de legislatura, España fue un ejemplo de políticas públicas y sociales, pero todo ello se derrumbó como un castillo de naipes ante aquellos que precisan de mayor poder y control para satisfacer su avaricia.
Este artículo ha sido publicado el pasado día 2 de Octubre en el diario Público:
http://blogs.publico.es/cartasdeloslectores/2098/19-de-octubre-4/
miércoles, 28 de septiembre de 2011
ANUNCIO DE CONVOCATORIA
SE BUSCAN
- Políticos íntegros, con ideales y con vocación de servicio público.SE PRECISA
- Honestidad y compromiso de otorgar prioridad al bien común.- Valentía para plantar cara al actual sistema económico impuesto por bancos, grandes corporaciones y mercados.
- Proyecto de fortalecimiento del estado del bienestar y de sus dos pilares básicos: educación y sanidad públicas y universales.
SE OFRECE
- Altos cargos en la administración y jefaturas de estado y de gobierno.RAZÓN
- Cerca de siete mil millones de habitantes que poblamos este planeta. La gran mayoría de los cuales sufre las desigüaldades y la tiranía de un sistema injusto que sólo beneficia a unos pocos.Este artículo ha sido publicado el pasado día 2 de Octubre en el diario Público:
http://blogs.publico.es/cartasdeloslectores/2058/2-de-octubre-3/
lunes, 19 de septiembre de 2011
A DOS MESES DE LAS ELECCIONES
Quedan dos meses para la celebración de las próximas elecciones generales y, si hacemos caso a lo que dicen las encuestas, parece que en ellas resultará ganador el pp.
Un partido, cuya único mérito para conseguir su ansiada llegada al poder durante estos años de dificultades, ha sido degradar la imagen de España en el exterior, alimentar toda especulación acerca de su economía y sentarse a esperar qué sucedía. Además de recordar esta actitud, nada favorable a los intereses nacionales, deberíamos también recordar qué representa el pp y qué visión de estado es la que tiene. Este pp de hoy, no nos engañemos, es el mismo pp que hace unos años formó gobierno con mayoría absoluta y mostró sin tapujos su verdadera cara. Gobernó el país con despótico autoritarismo y ninguneó al parlamento, olvidando toda moderación, su don de lenguas en la intimidad y su aceptación de una España plural.
Un partido con las ideas muy claras en cuanto a cuál debe ser el modelo económico y cuál debe ser el papel de un gobierno al frente de lo público. En el fondo, sus dirigentes están encantados con la crisis económica en la que nos vemos inmersos, una crisis provocada precisamente por ese modelo económico que tanto alaban y que tiene como fin de dar la puntilla a un estado del bienestar maltratado desde que la política cedió y se echó a un lado ante el poder monetario. Una crisis que, confían, les haya puesto en bandeja de plata la vuelta al poder, para una vez allí dar cabida a ese ideal de economía que tanto veneran: libre mercado sin restricciones, un papel de mero espectador del gobierno en la economía, favoreciendo la autorregulación del propio mercado, y privatizaciones de servicios públicos, cumpliendo la máxima del liberalismo económico que dice que el mejor servicio público es aquel que no existe.
El ariete que suponen los mercados a la economía, y que está al servicio de esta corriente neoliberal, embiste con fuerza ante la escasa oposición que la izquierda pueda oponer. Su intención es laminar la credibilidad de los gobiernos social-demócratas, para que las urnas acaben devolviendo el poder a partidos más afines a sus deseos.
Como antes hemos señalado, la estrategia que el pp ha seguido en España en estos años de crisis económica ha sido muy clara: esperar a que el gobierno diera por concluida la legislatura, al tiempo que sembraba de minas el camino y se echaba a un lado para ver como todo saltaba por los aires, ofrecíéndose como salvadores de la patria y cuidándose mucho de dar soluciones concretas, no vaya a ser que lo que digan no les guste a los votantes y movilice a una izquierda desencantada con el partido en el que confiaron sus votos.
¿Y qué nos encontramos en el psoe?, nos encontramos un partido resquebrajado, luchando por mantenerse a flote, procurando dar una imagen de unidad para tratar de remontar las encuestas y, si no lograr la victoria, sí al menos minimizar la pérdida de votos. Un partido que ha gobernado en los últimos tiempos alejado de todo aquello que predica su ideología, distanciándose cada vez más de un electorado que espera otra política de una partido socialista.
Sin embargo, y aunque la autocrítica, de puertas para afuera, ha sido mínima, en pos de esa unidad; ni sus actos desde el gobierno, ni los mensajes que transmite a la ciudadanía, clarifican si virará su política hacia una izquierda que nunca debió abandonar y se decidirá a enfrentar el neoliberalismo que campa a sus anchas por Europa.
El psoe necesita urgentemente mover, no a su electorado, que también, sino primordialmente mover sus posiciones y recuperar la senda social, poniendo pié en pared y mostrando clara beligerancia frente a esa Europa de los mercados reinando por encima de la política. Sólo así recuperará la confianza de aquellos a quienes se la ha hecho perder.
El 20N está a la vuelta de la esquina, y un gobierno del pp no es lo que España necesita para que su economía retome el crecimiento. Su victoria será la de aquellos que provocaron esta crisis, la de aquellos que están deseando que el poder vuelva a manos de quienes comparten su visión de estado y de economía, para así campar a sus anchas sin limitación alguna. Lo que necesita España es un gobierno valiente, que demuestre que sí hay otra forma de hacer las cosas, que sí se puede priorizar el bien común y el bienestar social y tener una economía saneada, que sí se puede salir de esta crisis y poner los medios necesarios para que no vuelva a suceder. El ejemplo a seguir lo tenemos en Islandia, en cómo su gobierno escuchó a los ciudadanos y en cómo la política plantó cara a los mercados sin importarle las consecuencias, y los derrotó.
Hubo un momento en que la política les abrió la puerta y les permitió gobernar por encima de ella, es, por tanto, la misma política la que debe expulsarlos y recuperar el mando. Recuperar su status de voz del pueblo y ser a éste al que escuche, y no los cantos de sirena que le lancen contra las rocas.
Un partido, cuya único mérito para conseguir su ansiada llegada al poder durante estos años de dificultades, ha sido degradar la imagen de España en el exterior, alimentar toda especulación acerca de su economía y sentarse a esperar qué sucedía. Además de recordar esta actitud, nada favorable a los intereses nacionales, deberíamos también recordar qué representa el pp y qué visión de estado es la que tiene. Este pp de hoy, no nos engañemos, es el mismo pp que hace unos años formó gobierno con mayoría absoluta y mostró sin tapujos su verdadera cara. Gobernó el país con despótico autoritarismo y ninguneó al parlamento, olvidando toda moderación, su don de lenguas en la intimidad y su aceptación de una España plural.
Un partido que, es importante recalcar, en aquellas comunidades donde lleva tiempo gobernando ha ido continuamente recortando el gasto público en sanidad y educación, abriendo la puerta de entrada a entidades privadas y haciendo dejación de sus responsabilidades en estos dos factores, pilares básicos de todo estado de bienestar. Y, cómo se está viendo en las últimas fechas, en aquellas donde acaba de tomar el poder ha aplicado las mismas recetas, redoblando la intensidad de sus medidas en una siniestra carrera por acelerar sus objetivos.
Un partido que aglutina a todo la derecha del espectro político. Con unos dirigentes que, con el fin de captar cuantos más votos mejor, flirtean sin el menor pudor, con la derecha más extrema y xenófoba. Que aquí dicen una cosa y allí la contraria, porque cada oído necesita escuchar una canción diferente. Aunque, al final, todos acaben engañados.Un partido con las ideas muy claras en cuanto a cuál debe ser el modelo económico y cuál debe ser el papel de un gobierno al frente de lo público. En el fondo, sus dirigentes están encantados con la crisis económica en la que nos vemos inmersos, una crisis provocada precisamente por ese modelo económico que tanto alaban y que tiene como fin de dar la puntilla a un estado del bienestar maltratado desde que la política cedió y se echó a un lado ante el poder monetario. Una crisis que, confían, les haya puesto en bandeja de plata la vuelta al poder, para una vez allí dar cabida a ese ideal de economía que tanto veneran: libre mercado sin restricciones, un papel de mero espectador del gobierno en la economía, favoreciendo la autorregulación del propio mercado, y privatizaciones de servicios públicos, cumpliendo la máxima del liberalismo económico que dice que el mejor servicio público es aquel que no existe.
El ariete que suponen los mercados a la economía, y que está al servicio de esta corriente neoliberal, embiste con fuerza ante la escasa oposición que la izquierda pueda oponer. Su intención es laminar la credibilidad de los gobiernos social-demócratas, para que las urnas acaben devolviendo el poder a partidos más afines a sus deseos.
Como antes hemos señalado, la estrategia que el pp ha seguido en España en estos años de crisis económica ha sido muy clara: esperar a que el gobierno diera por concluida la legislatura, al tiempo que sembraba de minas el camino y se echaba a un lado para ver como todo saltaba por los aires, ofrecíéndose como salvadores de la patria y cuidándose mucho de dar soluciones concretas, no vaya a ser que lo que digan no les guste a los votantes y movilice a una izquierda desencantada con el partido en el que confiaron sus votos.
¿Y qué nos encontramos en el psoe?, nos encontramos un partido resquebrajado, luchando por mantenerse a flote, procurando dar una imagen de unidad para tratar de remontar las encuestas y, si no lograr la victoria, sí al menos minimizar la pérdida de votos. Un partido que ha gobernado en los últimos tiempos alejado de todo aquello que predica su ideología, distanciándose cada vez más de un electorado que espera otra política de una partido socialista.
Sin embargo, y aunque la autocrítica, de puertas para afuera, ha sido mínima, en pos de esa unidad; ni sus actos desde el gobierno, ni los mensajes que transmite a la ciudadanía, clarifican si virará su política hacia una izquierda que nunca debió abandonar y se decidirá a enfrentar el neoliberalismo que campa a sus anchas por Europa.
El psoe necesita urgentemente mover, no a su electorado, que también, sino primordialmente mover sus posiciones y recuperar la senda social, poniendo pié en pared y mostrando clara beligerancia frente a esa Europa de los mercados reinando por encima de la política. Sólo así recuperará la confianza de aquellos a quienes se la ha hecho perder.
El 20N está a la vuelta de la esquina, y un gobierno del pp no es lo que España necesita para que su economía retome el crecimiento. Su victoria será la de aquellos que provocaron esta crisis, la de aquellos que están deseando que el poder vuelva a manos de quienes comparten su visión de estado y de economía, para así campar a sus anchas sin limitación alguna. Lo que necesita España es un gobierno valiente, que demuestre que sí hay otra forma de hacer las cosas, que sí se puede priorizar el bien común y el bienestar social y tener una economía saneada, que sí se puede salir de esta crisis y poner los medios necesarios para que no vuelva a suceder. El ejemplo a seguir lo tenemos en Islandia, en cómo su gobierno escuchó a los ciudadanos y en cómo la política plantó cara a los mercados sin importarle las consecuencias, y los derrotó.
Hubo un momento en que la política les abrió la puerta y les permitió gobernar por encima de ella, es, por tanto, la misma política la que debe expulsarlos y recuperar el mando. Recuperar su status de voz del pueblo y ser a éste al que escuche, y no los cantos de sirena que le lancen contra las rocas.
jueves, 25 de agosto de 2011
EN DEFENSA DE NUESTRA DEMOCRACIA
No nos volvamos locos con esta corriente, tan actual en estos días, de cuestionar el sistema continuamente. El sistema ha fallado, falla y fallará con total seguridad. Aún así, una democracia representativa, en la que el pueblo mediante sufragio universal elige a sus representantes en Cortes, es y será siempre el mejor sistema para gobernar comunidades formadas por millones de ciudadanos. Quizás en pequeñas comunidades un sistema de democracia directa y participativa sería viable, pero su éxito es inversamente proporcional al aumento de la población participante.
Por tanto, no es hora de levantar la voz porque se vaya a reformar la constitución para evitar el déficit y que se gaste por encima de lo que se tiene, algo que, por otra parte, es fundamental en toda economía doméstica. Y, si no queremos ser esclavos de aquellos que nos los prestan, se me antoja hasta lógico y necesario. Habrá que levantar la voz para que ese dinero no sea detraido de servicios públicos esenciales, para que aumente la progresividad en los impuestos directos, para que los que más tienen y más se benefician de la economía de mercado, más aporten a las finanzas públicas.
Se hace necesario levantar la voz para que la constitución; encorsetada y excesivamente ambigua en temas especialmente sensibles, redactada en su momento para no dejar a nadie descontento, aún a pesar de no contentar tampoco a nadie, que se muestra en gran parte obsoleta y heredera de otros tiempos; se enfrente a una revisión a fondo de la que participen todas las fuerzas políticas del país y todos y cada uno de los ciudadanos que lo componen.
La transición es agua pasada, y ya es hora de afrontar aquello que en su momento se dejó de lado en pro de la concordia.
El sistema no es perfecto porque las personas, que son quienes lo integran; y aquí incluyo no sólo a los representantes, sino también a los representados; tampoco lo son. Pero hay que procurar que sea lo más justo para cada una de esas personas. Es ahí donde está la verdadera participación, desde dentro del sistema, siendo conscientes que todos y cada uno de nosotros podemos participar de él activamente, ya sea a nivel local, autonómico o nacional. Sólo así tendremos una democracia, sino perfecta, sí de mejor salud.
La reforma constitucional, que está tan en boca de todos en estos días, está contemplada en la constitución. Al ser una reforma parcial, que no afecta a aquellos títulos especialmente sensibles; que son el Título Preliminar: valores y principios fundamentales del sistema político, el Título I Sección Primera: derechos fundamentales y libertades públicas, y el Título II: la corona; puede ser propuesta y, posteriormente, ser aprobada por tres quintas partes de ambas cámaras. Sólo en el caso de que una décima parte de los diputados lo solicitaran, sería necesario el refrendo de los ciudadanos.
En una democracia representativa y parlamentaria, como la nuestra, votamos quienes serán nuestros representantes en el parlamento. A ellos les otorgamos la confianza de, primero, elegir al presidente del gobierno, y, seguidamente, legislar en nuestro nombre durante lós próximos cuatro años. Y si en el tiempo que dura la legislatura ni nos gustan, ni nos convencen sus acciones, tenemos nuestro voto para crear mayorías diferentes que, quizás, sí respondan más a nuestros deseos y expectativas acerca de la política.Por tanto, no es hora de levantar la voz porque se vaya a reformar la constitución para evitar el déficit y que se gaste por encima de lo que se tiene, algo que, por otra parte, es fundamental en toda economía doméstica. Y, si no queremos ser esclavos de aquellos que nos los prestan, se me antoja hasta lógico y necesario. Habrá que levantar la voz para que ese dinero no sea detraido de servicios públicos esenciales, para que aumente la progresividad en los impuestos directos, para que los que más tienen y más se benefician de la economía de mercado, más aporten a las finanzas públicas.
Se hace necesario levantar la voz para que la constitución; encorsetada y excesivamente ambigua en temas especialmente sensibles, redactada en su momento para no dejar a nadie descontento, aún a pesar de no contentar tampoco a nadie, que se muestra en gran parte obsoleta y heredera de otros tiempos; se enfrente a una revisión a fondo de la que participen todas las fuerzas políticas del país y todos y cada uno de los ciudadanos que lo componen.
La transición es agua pasada, y ya es hora de afrontar aquello que en su momento se dejó de lado en pro de la concordia.
martes, 2 de agosto de 2011
¿PERO QUIÉN COJONES SON LOS MERCADOS?
Uno intenta regirse por un civismo que hace que esta sociedad, de algún modo funcione. Para ello respeta las leyes, paga sus impuestos y participa de la democracia depositando su voto en las urnas con el fin de elegir quienes serán sus representantes en las cortes, confiando en que las políticas que lleven a cabo nos conduzcan hacia una sociedad más justa, en la que todos tengamos los mismos derechos y nuestras necesidades más esenciales sean cubiertas.
Pero resulta que todas esas políticas dependen de un nombre tan genérico como es la palabra "mercados", en plural, para aún mayor indefinición del término. Cuando Adam Smith habló de la mano invisible, como el instrumento por el que la economía se autorregula, nunca se imaginó hasta dónde iban a llegar sus afirmaciones. Esa mano invisible, inmisericorde y profundamente egoísta e insaciable, tiene actualmente secuestrada la democracia en todo el mundo. Tus votos no valen, no cuentan, porque el gobierno electo tendrá que actuar de acuerdo a las pautas que estos mercados le marquen, bajo amenaza de hundirle aún más la ya maltrecha economía.
Las agencias de rating, podríamos decir, que son sus portavoces oficiales, y son las que se encargan de transmitir sus designios a los distintos gobiernos, los cuales, tal y como estamos viendo, no dudan en acatar sus órdenes en lugar de plantarles cara y posicionarse del lado de los ciudadanos que les han votado.
No sabemos quienes son, aunque lo que sí sabemos es que cuando la tormenta pase, los dueños de estas manos invisibles habrán salido beneficiados, tanto por la riqueza que están acumulando durante este tiempo como por las reformas que se habrán ejecutado y perdurarán, permitiéndoles seguir acaparando riqueza y haciendo un mundo mejor para sólo unos pocos.
Para esos pocos que no sabemos - aunque lo intuimos - quién cojones son.
Pero resulta que todas esas políticas dependen de un nombre tan genérico como es la palabra "mercados", en plural, para aún mayor indefinición del término. Cuando Adam Smith habló de la mano invisible, como el instrumento por el que la economía se autorregula, nunca se imaginó hasta dónde iban a llegar sus afirmaciones. Esa mano invisible, inmisericorde y profundamente egoísta e insaciable, tiene actualmente secuestrada la democracia en todo el mundo. Tus votos no valen, no cuentan, porque el gobierno electo tendrá que actuar de acuerdo a las pautas que estos mercados le marquen, bajo amenaza de hundirle aún más la ya maltrecha economía.
Las agencias de rating, podríamos decir, que son sus portavoces oficiales, y son las que se encargan de transmitir sus designios a los distintos gobiernos, los cuales, tal y como estamos viendo, no dudan en acatar sus órdenes en lugar de plantarles cara y posicionarse del lado de los ciudadanos que les han votado.
No sabemos quienes son, aunque lo que sí sabemos es que cuando la tormenta pase, los dueños de estas manos invisibles habrán salido beneficiados, tanto por la riqueza que están acumulando durante este tiempo como por las reformas que se habrán ejecutado y perdurarán, permitiéndoles seguir acaparando riqueza y haciendo un mundo mejor para sólo unos pocos.
Para esos pocos que no sabemos - aunque lo intuimos - quién cojones son.
lunes, 18 de julio de 2011
SETENTA Y CINCO AÑOS DE MENTIRAS
Para todos aquellos que ni tienen memoria ni ganas de leer y conocer la historia, es preciso recordar que tal día como hoy hace setenta y cinco años, parte del ejército español siguió los delirios de grandeza de uno de sus militares de alto rango y se levantó en armas, no sólo contra un gobierno que fue elegido en urnas por la mayoría de la población española, sino contra un sistema democrático que el pueblo español había decidido adoptar unos años antes.
El fracasó de este golpe de estado avocó al país a una cruenta guerra civil que duraría cerca de tres años y sembraría de cadáveres los campos de toda España.
Fue la ayuda militar y monetaria de potencias fascistas, como Alemania e Italia, y de nobles familias españolas que vieron su privilegiado status peligrar con el surgimiento de la II República, lo que inclinó rapidamente la balanza del lado de los golpistas. Al mismo tiempo, el resto del continente miraba para otro lado y dejaba al gobierno republicano en clara inferioridad. Sólo la resistencia numantina de una gran parte de la población y la inoperancia de los militares alzados en armas, prolongó esta agonía durante esos casi tres años.
Así, el 1 de Abril de 1939 la guerra se dio por terminada y comenzó la salvaje represión hacia todo aquello que hubiera pertenecido al anterior régimen democrático, en un intento por borrar toda huella que sus escasos cinco años de existencia hubieran podido grabar en la historia de España.
Estos son los hechos, y todo aquel que los niegue o pretenda ocultarlos, miente y manipula la historia de este país.
El fracasó de este golpe de estado avocó al país a una cruenta guerra civil que duraría cerca de tres años y sembraría de cadáveres los campos de toda España.
Fue la ayuda militar y monetaria de potencias fascistas, como Alemania e Italia, y de nobles familias españolas que vieron su privilegiado status peligrar con el surgimiento de la II República, lo que inclinó rapidamente la balanza del lado de los golpistas. Al mismo tiempo, el resto del continente miraba para otro lado y dejaba al gobierno republicano en clara inferioridad. Sólo la resistencia numantina de una gran parte de la población y la inoperancia de los militares alzados en armas, prolongó esta agonía durante esos casi tres años.
Así, el 1 de Abril de 1939 la guerra se dio por terminada y comenzó la salvaje represión hacia todo aquello que hubiera pertenecido al anterior régimen democrático, en un intento por borrar toda huella que sus escasos cinco años de existencia hubieran podido grabar en la historia de España.
Estos son los hechos, y todo aquel que los niegue o pretenda ocultarlos, miente y manipula la historia de este país.
lunes, 11 de julio de 2011
PATEADA EN LA SIERRA DE CAZORLA (2)
El día siguiente y después de dar buena cuenta del desayuno cargamos de nuevo nuestras mochilas y condujimos hasta el Centro de Interpretación de Torre del Vinagre, donde nos informaron acerca de la senda que teníamos pensado realizar ese día. Nada menos que doce kilómetros remontando el río Borosa hasta su nacimiento en Aguas Negras, donde se encuentra la laguna del mismo nombre y, a poco más de un kilómetro, la laguna de Valdeazores. La vuelta sería por el mismo camino, por lo que la distancia a la que nos enfrentábamos era de unos veinticinco kilómetros. Casi nada.
Los primeros kilómetros transcurrián sin apenas desnivel, las cristalinas aguas del río nos acompañaban y, de algún modo, nos refrescaban para así poder soportar mejor un sol que comenzaba a ascender y a hacerse notar.
Una vez abandonados los riscos de la Cerrada, nos dirigimos hacía el último lugar donde nuestras piernas podrían tener un breve descanso, junto a una pequeña central hidroeléctrica en la que aprovechamos para aprovisionarnos de agua para afrontar la parte más dura de nuestra ruta. Serían aproximadamente cuatro kilometros de subida hasta el nacimiento del río, abandonando la protectora sombra que nos brindaba los cortados y caminando bajo un sol que, a estas horas ya avanzadas del día, se desplomaba plano sobre nuestras cabezas. Los últimos dos kilómetros fueron de ascensión a lo alto de la cuerda del cortado que se asomaba al río por nuestra izquierda. Su loma despejada, empedrada, ausente de toda vegetación, nos ofrecía toda su resistencia a que la ascendiéramos. Sin embargo, alzando la vista podíamos atisvar los que eran nuestro próximo objetivo, los túneles que recorrían el interior del monte canalizando el agua desde la presa de la laguna, esta visión nos insuflaba el ánimo necesario para afrontar la parte más dura del recorrido, ya que podíamos casi tocar su final. Estos túneles, en casi total oscuridad, suponían un agradable alivio porque refrescaban nuestro cuerpos recalentados por el sol y, sobre todo, porque el camino se tornaba llano en lo que sería el kilómetro y medio que nos separaba de Aguas negras.
Los primeros kilómetros transcurrián sin apenas desnivel, las cristalinas aguas del río nos acompañaban y, de algún modo, nos refrescaban para así poder soportar mejor un sol que comenzaba a ascender y a hacerse notar.
Después de esta primera toma de contacto que discurría por una senda bien definida, el camino se adentraba en la Cerrada de Elías, donde caminamos sobre unas pasarelas de madera construidas junto a las paredes de roca entre las que se hundía el curso del río, y que nos suspendían unos metros por encima de su superficie, brindándonos a la vez que protección del sol, algunos de las estampas más bellas del día. Las paredes, en permanente umbría, se poblaban de multitud de plantas trepadoras y en sus numerosas hendiduras los Lagartos Ocelados aguardaban a que nuestros pasos se alejaran para salir y recibir así el calor de las primeras horas del mediodía.
Una vez abandonados los riscos de la Cerrada, nos dirigimos hacía el último lugar donde nuestras piernas podrían tener un breve descanso, junto a una pequeña central hidroeléctrica en la que aprovechamos para aprovisionarnos de agua para afrontar la parte más dura de nuestra ruta. Serían aproximadamente cuatro kilometros de subida hasta el nacimiento del río, abandonando la protectora sombra que nos brindaba los cortados y caminando bajo un sol que, a estas horas ya avanzadas del día, se desplomaba plano sobre nuestras cabezas. Los últimos dos kilómetros fueron de ascensión a lo alto de la cuerda del cortado que se asomaba al río por nuestra izquierda. Su loma despejada, empedrada, ausente de toda vegetación, nos ofrecía toda su resistencia a que la ascendiéramos. Sin embargo, alzando la vista podíamos atisvar los que eran nuestro próximo objetivo, los túneles que recorrían el interior del monte canalizando el agua desde la presa de la laguna, esta visión nos insuflaba el ánimo necesario para afrontar la parte más dura del recorrido, ya que podíamos casi tocar su final. Estos túneles, en casi total oscuridad, suponían un agradable alivio porque refrescaban nuestro cuerpos recalentados por el sol y, sobre todo, porque el camino se tornaba llano en lo que sería el kilómetro y medio que nos separaba de Aguas negras.
Finalmente, y tras unas tres horas y media caminando llegamos al nacimiento del río, una serie de grietas en la roca por las que manaba el agua y que rapidamente adquirían velocidad hasta desembocar en la laguna de Aguas Negras, donde la presa frenaba su curso natural. Un kilómetro más arriba se encontraba la otra laguna, la de Valdeazores, donde dimos buena cuenta de nuestro almuerzo y tuvimos una media hora de descanso antes de emprender nuestro camino de regreso a la piscifactoria, ocho horas después de haber comenzado la ruta. Allí el coche nos aguardaba, listo para llevar nuestros cansados cuerpos de vuelta a la cabaña, donde nos esperaba una refrecante cerveza.
martes, 5 de julio de 2011
PATEADA EN LA SIERRA DE CAZORLA (1)
Salimos de Sevilla el 13 de Junio en cuanto aterrizó el avión que traía a Mireille de Madrid. Tras casi tres horas de viaje llegamos a la cabaña de Burunchel, donde pasaríamos las tres próximas noches. Y poco más, porque el resto del tiempo lo pasamos acumulando kilómetros en nuestras piernas y deliciosas vistas en nuestros ojos.
Tras descargar el coche, tomamos las mochilas y decidimos hacer una pequeña senda para estirar las piernas tras el viaje y tomar un primer contacto con la Sierra de Cazorla. Así nos dirigimos a La Cerrada de Utrero, un paseo de escasos tres kilómetros que discurre paralelo al río Guadalquivir para luego rodear una pequeña loma y regresar así al parking donde degustamos nuestras primeras cervezas. Algo que acabaría siendo una merecida costumbre tras cada una de nuestras rutas.
El camino descendía hasta una garganta excabada por el río en lo que son sus primeros kilómetros de vida, el agua serpenteaba entre piedras que poblaban el lecho del río y las primeras pozas invitaban a sumergirse en ellas. Pero de todas ellas, la que más captó nuestra atención fue una que se encontraba al otro lado del río a los pies de una cascada que se precipitaba desde lo alto del cortado, formando una cortina de agua de unos cuarenta metros que lavaba la piedra y la pulía, dándole unos tonos que contrastaban con el resto de la roca.
Los primeros buitres leonados nos saludaron desde las alturas e incluso un ejemplar de águila real quiso darnos la bienvenida. Bandadas de lúganos salían a nuestro paso y las chovas piquirrojas se deslizaban por imaginarios toboganes dibujados en el el cielo que se mostraba despojado de nubes y pintado de un azul intenso.Ya llegando al coche, y tras escuchar un pequeño estruendo de pisadas y vegetación, pudimos ver unos ciervos y, sorpresa, un zorro, que acostumbrado al tránsito de humanos, apenas se apercibió de nuestra presencia.
Tras descargar el coche, tomamos las mochilas y decidimos hacer una pequeña senda para estirar las piernas tras el viaje y tomar un primer contacto con la Sierra de Cazorla. Así nos dirigimos a La Cerrada de Utrero, un paseo de escasos tres kilómetros que discurre paralelo al río Guadalquivir para luego rodear una pequeña loma y regresar así al parking donde degustamos nuestras primeras cervezas. Algo que acabaría siendo una merecida costumbre tras cada una de nuestras rutas.
¿Veis la cascada del fondo? |
Los primeros buitres leonados nos saludaron desde las alturas e incluso un ejemplar de águila real quiso darnos la bienvenida. Bandadas de lúganos salían a nuestro paso y las chovas piquirrojas se deslizaban por imaginarios toboganes dibujados en el el cielo que se mostraba despojado de nubes y pintado de un azul intenso.Ya llegando al coche, y tras escuchar un pequeño estruendo de pisadas y vegetación, pudimos ver unos ciervos y, sorpresa, un zorro, que acostumbrado al tránsito de humanos, apenas se apercibió de nuestra presencia.
domingo, 19 de junio de 2011
EL GRITO DEL PUEBLO
Una gran parte de los ciudadanos españoles han dicho basta. El clamor de la gente se extiende por toda Europa y la indignación ante este sistema injusto que viene dictado desde Bruselas se hace más grande conforme pasan los días y observamos como quienes gobiernan con la legitimidad que un día les otorgaron las urnas han dejado de escuchar a su pueblo y, lo que es más grave aún, continúan sin escuchar el grito lanzado al aire por millones de personas.
Un grito de decepción e indignación al ver en que se ha convertido la democracia, un sistema que en lugar de servir y proteger a las personas, sirve y protege intereses económicos que, con el único objetivo de aumentar sus beneficios, dirigen la economía y mantienen bajo su dominio a los gobiernos de toda Europa. La banca y las grandes corporaciones a través de los organismos creados para servir sus propósitos tienen secuestrada la democracia, y ésta parece haber quedado reducida al día en que los ciudadanos somos llamados a depositar nuestro voto en una urna, a poco más.
El actual sistema económico imperante ha demostrado ser un fracaso. Las desigualdades y la estratificación social son cada vez mayores y la Europa social y del bien común que se intentó crear a raíz de la segunda guerra mundial ha acabado cediendo ante este ultraliberalismo económico proviniente de EEUU que está haciendo desaparecer aquellos valores que hacían de este continente un referente social. La sociedad se polariza como consecuencia de estas políticas y la clase media desaparece, y es precisamente esta clase trabajadora la que estos días se está levantando. Cansada de ver como su poder adquisitivo se reduce al tiempo que los beneficios de sus empleadores aumentan exponencialmente, cansada de ver como el gobierno de turno no hace nada para mejorar su situación y lleva a cabo políticas que benefician unicamente a aquel que le exige más trabajo y más esfuerzo a cambio de un menor salario.
Hoy en día, aún con matices, es indiferente el signo del gobierno que ostente el poder. Su política económica está decidida de antemano y deberá seguir las directrices impuestas si no quiere ser penalizado por ello. El ejemplo de España en este sentido es claro, las amenazas de intervención fueron fehacientes, la especulación con el valor de la prima de riesgo acercó un poco más la espada de Damocles sobre una economía maltrecha y la CEOE, ansiosa de conseguir la reforma que buscaba, colaboró con despidos y regulaciones de empleo masivas. Finalmente el gobierno claudicó ante estas presiones y aplicó todas y cada una de las recetas que llegaron dictadas por la Unión Europea.
Aunque el término “unión” es discutible, ya que ni España es Alemania ni Alemania es España, o Bélgica, o Grecia, o Francia. Cuando los factores de producción de un país u otro son tan dispares, ¿cómo se puede pretender aplicar la misma política económica tanto en unos como en otros? O incluso, ¿cómo se puede pretender que todos funcionen con un mismo valor/moneda?.
Yo me pregunto, ¿hubiera sido posible haber desafiado este “status quo” y no acatar las órdenes de Bruselas? ¿Nos han preguntado a los ciudadanos si estábamos dispuestos a doblegar nuestra economía de esta forma? ¿Era esta la letra pequeña del ingreso en la UE y en el euro? Y si hubieran decidido intervenir y “rescatar” el país, como ha sucedido en Grecia o Portugal, ¿podría el gobierno haber rechazado esa ayuda? Los griegos y portugueses van a estar pagando las consecuencias de la “ayuda” durante décadas, los ajustes en la economía española son losas sobre los hombros del trabajador.
La gente lleva un mes echada a la calle pidiendo ser escuchada por los políticos a los que un día dieron su confianza, lleva un mes reclamando más política para el pueblo y una economía que busque el bien común y no el de aquellos que más tienen. Lleva un mes reclamando que la democracia vuelva a ser el gobierno de todos y para todos. Hoy salimos una vez más a gritar aún más alto si cabe.
¿Nos escucharán esta vez?
Un grito de decepción e indignación al ver en que se ha convertido la democracia, un sistema que en lugar de servir y proteger a las personas, sirve y protege intereses económicos que, con el único objetivo de aumentar sus beneficios, dirigen la economía y mantienen bajo su dominio a los gobiernos de toda Europa. La banca y las grandes corporaciones a través de los organismos creados para servir sus propósitos tienen secuestrada la democracia, y ésta parece haber quedado reducida al día en que los ciudadanos somos llamados a depositar nuestro voto en una urna, a poco más.
El actual sistema económico imperante ha demostrado ser un fracaso. Las desigualdades y la estratificación social son cada vez mayores y la Europa social y del bien común que se intentó crear a raíz de la segunda guerra mundial ha acabado cediendo ante este ultraliberalismo económico proviniente de EEUU que está haciendo desaparecer aquellos valores que hacían de este continente un referente social. La sociedad se polariza como consecuencia de estas políticas y la clase media desaparece, y es precisamente esta clase trabajadora la que estos días se está levantando. Cansada de ver como su poder adquisitivo se reduce al tiempo que los beneficios de sus empleadores aumentan exponencialmente, cansada de ver como el gobierno de turno no hace nada para mejorar su situación y lleva a cabo políticas que benefician unicamente a aquel que le exige más trabajo y más esfuerzo a cambio de un menor salario.
Hoy en día, aún con matices, es indiferente el signo del gobierno que ostente el poder. Su política económica está decidida de antemano y deberá seguir las directrices impuestas si no quiere ser penalizado por ello. El ejemplo de España en este sentido es claro, las amenazas de intervención fueron fehacientes, la especulación con el valor de la prima de riesgo acercó un poco más la espada de Damocles sobre una economía maltrecha y la CEOE, ansiosa de conseguir la reforma que buscaba, colaboró con despidos y regulaciones de empleo masivas. Finalmente el gobierno claudicó ante estas presiones y aplicó todas y cada una de las recetas que llegaron dictadas por la Unión Europea.
Aunque el término “unión” es discutible, ya que ni España es Alemania ni Alemania es España, o Bélgica, o Grecia, o Francia. Cuando los factores de producción de un país u otro son tan dispares, ¿cómo se puede pretender aplicar la misma política económica tanto en unos como en otros? O incluso, ¿cómo se puede pretender que todos funcionen con un mismo valor/moneda?.
Yo me pregunto, ¿hubiera sido posible haber desafiado este “status quo” y no acatar las órdenes de Bruselas? ¿Nos han preguntado a los ciudadanos si estábamos dispuestos a doblegar nuestra economía de esta forma? ¿Era esta la letra pequeña del ingreso en la UE y en el euro? Y si hubieran decidido intervenir y “rescatar” el país, como ha sucedido en Grecia o Portugal, ¿podría el gobierno haber rechazado esa ayuda? Los griegos y portugueses van a estar pagando las consecuencias de la “ayuda” durante décadas, los ajustes en la economía española son losas sobre los hombros del trabajador.
La gente lleva un mes echada a la calle pidiendo ser escuchada por los políticos a los que un día dieron su confianza, lleva un mes reclamando más política para el pueblo y una economía que busque el bien común y no el de aquellos que más tienen. Lleva un mes reclamando que la democracia vuelva a ser el gobierno de todos y para todos. Hoy salimos una vez más a gritar aún más alto si cabe.
¿Nos escucharán esta vez?
martes, 24 de mayo de 2011
LA VOZ QUE SUSURRABA A MARIA DOLORES
¿Por qué será que cada vez que en rueda de prensa comparece y es cuestionada por algún tema de enjundia la secretaria general del pp toma aire por unos segundos para contestar?
¿Por qué será que cada vez que esto sucede y mientras insufla oxígeno a sus pulmones su mano se mueve nerviosa trazando sobre un papel en el que, seguro, no hallará la respuesta?
¿No será que ante la posibilidad de que una respuesta comprometida salga de su boca prefiere buscar la solución en un pequeño aparato que dentro de su pabellón auditivo le da el respiro que busca?
Hoy en día la oratoria no es algo por la que destaquen nuestros políticos, pero sí al menos que podrían mostrar dominio del escenario y recursos para contestar cualquier pregunta, por comprometida que ésta sea. Aunque claro, la secretaria general del pp ya ha dado suficientes muestras de qué sucede cada vez que se sale de guión.
Observen sus ruedas de prensa, observen su pelo estratégicamente colocado, su mano haciendo como que escribe, observen como su mirada se pierde durante los segundos que una voz le susurra la respuesta.
¿Por qué será que cada vez que esto sucede y mientras insufla oxígeno a sus pulmones su mano se mueve nerviosa trazando sobre un papel en el que, seguro, no hallará la respuesta?
¿No será que ante la posibilidad de que una respuesta comprometida salga de su boca prefiere buscar la solución en un pequeño aparato que dentro de su pabellón auditivo le da el respiro que busca?
Hoy en día la oratoria no es algo por la que destaquen nuestros políticos, pero sí al menos que podrían mostrar dominio del escenario y recursos para contestar cualquier pregunta, por comprometida que ésta sea. Aunque claro, la secretaria general del pp ya ha dado suficientes muestras de qué sucede cada vez que se sale de guión.
Observen sus ruedas de prensa, observen su pelo estratégicamente colocado, su mano haciendo como que escribe, observen como su mirada se pierde durante los segundos que una voz le susurra la respuesta.
jueves, 19 de mayo de 2011
SPANISH R-EVOLUTION
Siempre se ha lamentado la desidia de los españoles hacia la política, el pasotismo de los jóvenes hacia todo lo que les rodea. En estos últimos días estamos asistiendo a la contestación que una gran parte de estos ciudadanos tienen para quienes llevan décadas hablando de su inacción. Son cientos de miles de personas las que han decidido salir a las calles a reclamar que la política regrese allí de donde nunca debió salir, y vuelva a ser de aquellos y trabajar por aquellos a quienes nunca debió dejar de lado.
En los últimos años estamos asistiendo atónitos al ataque frontal que los estados, y en consecuencia la voluntad de sus ciudadanos, están sufriendo por parte de los mercados, como la política acaba siendo un mero instrumento de las grandes empresas y la banca, como el estado del bienestar retrocede ante una sociedad cada vez más polarizada. Asistimos resignados a como gobiernos títeres de todos los colores acatan esta corriente ideológica que se está adueñando del mundo entero y a la que muy pocos se atreven a plantar cara, lo que resulta aún más lamentable cuando son gobiernos que se autoproclaman de izquierdas los responsables de este seguidismo.
Pero aquí tenemos la respuesta de un pueblo hastiado de ver como sus representantes poco o nada quieren o pueden hacer para cambiar el rumbo y devolver la política a las manos del pueblo, olvidando que fueron elegidos para representar a millones de personas, y no a millones de euros en manos de unos pocos. Sus reivindicaciones, su idea de estado, es de izquierda de manual: más y mejores servicios públicos, un mayor control sobre las actividades económicas que evite que se repitan desastres como el actual, un estado creado por y para el pueblo que garantice las condiciones mínimas en las que cada ciudadano desarrolle su existencia. No esperen encontrar a representantes de la derecha en estas concentraciones, al contrario, tiemblan cada vez que la gente sale a la calle y demanda ser escuchada. Es precisamente contra su ideario político, ese que el pp defiende y el psoe acaba aplicando, contra el que se ha levantado la ciudadanía. Sin embargo harían bien los socialistas españoles en escuchar qué demandan estos cientos de miles de personas y revisar qué reclama la internacional socialista; comprobarían que en la teoría no están tan lejos los unos de los otros.
Es por tanto el momento de que la ciudadanía, y aquí incluyo también a los políticos, den un salto hacia delante y evolucionen esta democracia viciada e intervenida. Una democracia que está perdiendo su significado y está dando marcha atrás a pasos agigantados, claudicando ante todo aquello que fue el motivo de su origen. Es el momento de tomar decisiones pensando en los ciudadanos, de dejar de acatar políticas dictadas por organismos que nada tienen que ver con la voluntad de aquellos, es el momento de que quienes vivimos en democracia seamos realmente gobernados por quienes elegimos como nuestros representantes con el compromiso de que sus decisiones velarían por el bien común y por el bienestar de todos y cada uno de nosotros.
En los últimos años estamos asistiendo atónitos al ataque frontal que los estados, y en consecuencia la voluntad de sus ciudadanos, están sufriendo por parte de los mercados, como la política acaba siendo un mero instrumento de las grandes empresas y la banca, como el estado del bienestar retrocede ante una sociedad cada vez más polarizada. Asistimos resignados a como gobiernos títeres de todos los colores acatan esta corriente ideológica que se está adueñando del mundo entero y a la que muy pocos se atreven a plantar cara, lo que resulta aún más lamentable cuando son gobiernos que se autoproclaman de izquierdas los responsables de este seguidismo.
Pero aquí tenemos la respuesta de un pueblo hastiado de ver como sus representantes poco o nada quieren o pueden hacer para cambiar el rumbo y devolver la política a las manos del pueblo, olvidando que fueron elegidos para representar a millones de personas, y no a millones de euros en manos de unos pocos. Sus reivindicaciones, su idea de estado, es de izquierda de manual: más y mejores servicios públicos, un mayor control sobre las actividades económicas que evite que se repitan desastres como el actual, un estado creado por y para el pueblo que garantice las condiciones mínimas en las que cada ciudadano desarrolle su existencia. No esperen encontrar a representantes de la derecha en estas concentraciones, al contrario, tiemblan cada vez que la gente sale a la calle y demanda ser escuchada. Es precisamente contra su ideario político, ese que el pp defiende y el psoe acaba aplicando, contra el que se ha levantado la ciudadanía. Sin embargo harían bien los socialistas españoles en escuchar qué demandan estos cientos de miles de personas y revisar qué reclama la internacional socialista; comprobarían que en la teoría no están tan lejos los unos de los otros.
Es por tanto el momento de que la ciudadanía, y aquí incluyo también a los políticos, den un salto hacia delante y evolucionen esta democracia viciada e intervenida. Una democracia que está perdiendo su significado y está dando marcha atrás a pasos agigantados, claudicando ante todo aquello que fue el motivo de su origen. Es el momento de tomar decisiones pensando en los ciudadanos, de dejar de acatar políticas dictadas por organismos que nada tienen que ver con la voluntad de aquellos, es el momento de que quienes vivimos en democracia seamos realmente gobernados por quienes elegimos como nuestros representantes con el compromiso de que sus decisiones velarían por el bien común y por el bienestar de todos y cada uno de nosotros.
jueves, 14 de abril de 2011
HOY HACE OCHENTA AÑOS
Hoy 14 de abril se cumplen ochenta años de la proclamación de la II República en España. Dos días antes tuvieron lugar unas elecciones municipales en las que la inmensa mayoría del pueblo español votó contra el régimen monárquico existente y abogó por un cambio en la política española. Una política que se había preocupado principalmente de preservar los privilegios de una minoría, al tiempo que el resto de la población malvivía en una España a la que la crisis de principios de los años treinta golpeó con gran dureza. El pueblo español votó libremente ese día contra el caciquismo que dominaba el medio rural y contra la autocracia de una clase privilegiada que acaparaba el poder.
Así, la II República trajo consigo a esa gran mayoría de la población el acceso a unos derechos que hasta entonces le eran vedados. La educación se convirtió en libre y universal; la religión en una opción y no una imposición; y parte de la tierra migró hacia las manos de aquellos que la trabajaban, que, agrupados en colectividades, veían como el sudor de su frente se transformaba por fin en una expectativa de futuro.
Fueron años de implicación política de la sociedad, de debates en ateneos, de encendidas discusiones en las universidades y en las cortes. Años de posicionamientos extremos y, también, de escaso consenso; lo que seguro tampoco ayudó a que el proyecto saliera adelante y alentó a las posiciones más conservadoras y reaccionarias.
Este proceso de reformas contó desde un principio con la frontal oposición de quienes veían como su privilegiada posición corría el riesgo de perder exclusividad y como su poder era contestado por aquellos que, hasta entonces, no podían más que asumir su sino. La II República no lo tuvo fácil por esta oposición interna ni, tampoco, por la coyuntura mundial existente; con una Europa inmersa en plena crisis económica, un hecho que colaboró decisivamente al auge de un fascismo que sería determinante en el futuro del nuevo orden español. Aún así, se sentaron bases que hoy en día están vigentes en la constitución de 1978, y su legado y sus años de idealismo no han sido olvidados y siguen siendo evocados con nostalgia por todo lo que supuso ese intento, no ya de cambiar, sino de dar la vuelta al orden establecido.
Nunca sabremos qué hubiera sucedido si parte del ejército no se hubiera levantado en armas el verano de 1936 y la obra reformista iniciada hubiera proseguido con una economía en recuperación y, también, con unos extremismos atemperados por el paso del tiempo. Pero, en parte, también en este enigma sin solución radica el romanticismo y el misticismo acerca de la II República Española; un sentimiento que desembocó en que parte de una generación se siga considerando apátrida, porque la patria en la que creyeron y por la que lucharon fue borrada tras la guerra y nunca se recuperó.
Así, la II República trajo consigo a esa gran mayoría de la población el acceso a unos derechos que hasta entonces le eran vedados. La educación se convirtió en libre y universal; la religión en una opción y no una imposición; y parte de la tierra migró hacia las manos de aquellos que la trabajaban, que, agrupados en colectividades, veían como el sudor de su frente se transformaba por fin en una expectativa de futuro.
Fueron años de implicación política de la sociedad, de debates en ateneos, de encendidas discusiones en las universidades y en las cortes. Años de posicionamientos extremos y, también, de escaso consenso; lo que seguro tampoco ayudó a que el proyecto saliera adelante y alentó a las posiciones más conservadoras y reaccionarias.
Este proceso de reformas contó desde un principio con la frontal oposición de quienes veían como su privilegiada posición corría el riesgo de perder exclusividad y como su poder era contestado por aquellos que, hasta entonces, no podían más que asumir su sino. La II República no lo tuvo fácil por esta oposición interna ni, tampoco, por la coyuntura mundial existente; con una Europa inmersa en plena crisis económica, un hecho que colaboró decisivamente al auge de un fascismo que sería determinante en el futuro del nuevo orden español. Aún así, se sentaron bases que hoy en día están vigentes en la constitución de 1978, y su legado y sus años de idealismo no han sido olvidados y siguen siendo evocados con nostalgia por todo lo que supuso ese intento, no ya de cambiar, sino de dar la vuelta al orden establecido.
Nunca sabremos qué hubiera sucedido si parte del ejército no se hubiera levantado en armas el verano de 1936 y la obra reformista iniciada hubiera proseguido con una economía en recuperación y, también, con unos extremismos atemperados por el paso del tiempo. Pero, en parte, también en este enigma sin solución radica el romanticismo y el misticismo acerca de la II República Española; un sentimiento que desembocó en que parte de una generación se siga considerando apátrida, porque la patria en la que creyeron y por la que lucharon fue borrada tras la guerra y nunca se recuperó.
viernes, 11 de marzo de 2011
EL TABLERO DE AJEDREZ
Antes eran conocidos como "ciudadanos libios que se enfrentaban al tirano”, ahora su nombre ha mutado a "los rebeldes libios”, un término que parece acordado con el régimen del dictador en aras de una especie de juego a dos bandas por parte de la comunidad internacional a la espera de ver hacia donde se decanta el conflicto abierto en el país norteafricano.
Y la baraja comienza a decantarse claramente del lado del sátrapa. El territorio ganado en la primera oleada tras el levantamiento, poco a poco vuelve a manos del gobierno libio. Y si no reciben ayuda externa, éste acabará recuperando todo y aplastando la revolución y a sus instigadores.
Estados Unidos, por una vez y sin que sirva de precedente a supeditado la acción de la OTAN ha que sea bajo el auspicio de la ONU. Algo a lo que no nos tiene acostumbrados, pero que tiene más que ver con su escasa presencia en la zona del Magreb que con una verdadera intención de respetar un orden mundial. Y a los precedentes me remito.
¿Y qué hace la ONU? Su Consejo de Seguridad, que es el organismo encargado de velar por la paz – bonita palabra – y la seguridad entre naciones, se encuentra secuestrado bajo su propio reglamento, que concede derecho de veto para cualquier resolución propuesta, a los cinco países que son miembros permanentes del organismo, y que son China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia. Así tanto China como Rusia se han opuesto encarecidamente a cualquier acción militar bajo mandato de la ONU. Es este funcionamiento del organismo el que le lleva a su ineficacia. El Tribunal Penal Internacional ha abierto una investigación contra el régimen libio por crímenes de lesa humanidad, ya que ha constatado ataques por parte de su ejército contra la población civil. ¿Qué más necesitan los miembros del Consejo de Seguridad?, seguro un cambio en su reglamento, ya que ante los intereses encontrados de unas potencias y otras, su funcionamiento acaba resultando estéril.
Lo que está aconteciendo en el medio oriente es visto como una partida de ajedrez por las grandes potencias mundiales, para quienes lo primordial no es ni la libertad ni los derechos humanos de los habitantes de la zona, sino el acceso a las inmensas riquezas energéticas de estos países y la influencia política que tengan sobre los gobiernos que los presidan. Sólo así se entiende que todos los mandatarios de este llamado primer mundo recibieran con todos los honores – haima incluida – y buscaran la foto con Muammar al-Gaddafi, tal y como antes sucedió con Ben Alí o Hosni Mubarak, elevados a ejemplos de democratización del mundo islámico; o incluso con Saddam Hussein, a principios de los años ochenta.
Y son muchos otros los gobiernos que ni respetan las libertades ni respetan los derechos humanos ni respetan las reglas de la democracia, pero con quienes nuestros dirigentes siguen haciéndose fotos y firmando contratos por ingentes cantidades de dinero, mientras los ciudadanos de sus respectivos países sufren bajo el yugo opresor de sus tiranos.
Y a todos nosotros, mientras tanto, nos seguirán hablando acerca de lo terrible que es la dictadura de Castro o los gobiernos de Chávez y Evo.
Y la baraja comienza a decantarse claramente del lado del sátrapa. El territorio ganado en la primera oleada tras el levantamiento, poco a poco vuelve a manos del gobierno libio. Y si no reciben ayuda externa, éste acabará recuperando todo y aplastando la revolución y a sus instigadores.
Estados Unidos, por una vez y sin que sirva de precedente a supeditado la acción de la OTAN ha que sea bajo el auspicio de la ONU. Algo a lo que no nos tiene acostumbrados, pero que tiene más que ver con su escasa presencia en la zona del Magreb que con una verdadera intención de respetar un orden mundial. Y a los precedentes me remito.
¿Y qué hace la ONU? Su Consejo de Seguridad, que es el organismo encargado de velar por la paz – bonita palabra – y la seguridad entre naciones, se encuentra secuestrado bajo su propio reglamento, que concede derecho de veto para cualquier resolución propuesta, a los cinco países que son miembros permanentes del organismo, y que son China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia. Así tanto China como Rusia se han opuesto encarecidamente a cualquier acción militar bajo mandato de la ONU. Es este funcionamiento del organismo el que le lleva a su ineficacia. El Tribunal Penal Internacional ha abierto una investigación contra el régimen libio por crímenes de lesa humanidad, ya que ha constatado ataques por parte de su ejército contra la población civil. ¿Qué más necesitan los miembros del Consejo de Seguridad?, seguro un cambio en su reglamento, ya que ante los intereses encontrados de unas potencias y otras, su funcionamiento acaba resultando estéril.
Lo que está aconteciendo en el medio oriente es visto como una partida de ajedrez por las grandes potencias mundiales, para quienes lo primordial no es ni la libertad ni los derechos humanos de los habitantes de la zona, sino el acceso a las inmensas riquezas energéticas de estos países y la influencia política que tengan sobre los gobiernos que los presidan. Sólo así se entiende que todos los mandatarios de este llamado primer mundo recibieran con todos los honores – haima incluida – y buscaran la foto con Muammar al-Gaddafi, tal y como antes sucedió con Ben Alí o Hosni Mubarak, elevados a ejemplos de democratización del mundo islámico; o incluso con Saddam Hussein, a principios de los años ochenta.
Y son muchos otros los gobiernos que ni respetan las libertades ni respetan los derechos humanos ni respetan las reglas de la democracia, pero con quienes nuestros dirigentes siguen haciéndose fotos y firmando contratos por ingentes cantidades de dinero, mientras los ciudadanos de sus respectivos países sufren bajo el yugo opresor de sus tiranos.
Y a todos nosotros, mientras tanto, nos seguirán hablando acerca de lo terrible que es la dictadura de Castro o los gobiernos de Chávez y Evo.
martes, 8 de marzo de 2011
UN PROYECTO DE FUTURO
Voy a ser claro en mis palabras y conscientemente voy a obviar toda objetividad.
La razón que me impulsa a dar rienda suelta a todo esta subjetividad es que me aterra pensar que volvamos a tropezar con la misma piedra y caigamos de nuevo en brazos de quienes hace unos años, lejos de salvar al país, como ellos mismos pregonan a los cuatro vientos, lo dejaron a merced del capital y de sus vaivenes. Esto es, en manos del pp.
En manos de quienes durante ocho años gobernaron España y en lugar de intentar crear una bases sólidas que pensaran en un futuro, se convirtieron en una especie de James Dean – las comparaciones puedes ser odiosas – de la economía, creando un sistema que viviera rápido, muriera joven y dejara un bonito cadáver. El problema es que cuando el cadáver acabó, como todos, corrompiéndose, ellos ya tenían preparada su vida después de la política; y fueron otros los que ante el olor a descomposición han tenido que remangarse, sacar el desinfectante e intentar limpiar toda la porquería.
¿Qué ha hecho el pp mientras tanto? Nada.
¿Qué ha propuesto el pp para tratar de arreglar el desaguisado? Nada.
¿Alguien del pp ha dado muestras de que quizás su política fuera responsable de la crisis económica que ha golpeado el país? Como era de esperar, no; al contrario, insisten en la bonanza de los días de vino y rosas que trajo su gobierno. Lo más cercano a entonar un mea culpa, ha sido el tirón de orejas del fmi a la Rodrigo Rato y su nefasta presidencia de este organismo, la misma poción mágica que ideó para España y que nos ha llevado al punto en el que estamos. Esto ha dejado a su tótem de las finanzas resquebrajado, pero ellos han hecho oídos sordos y siguen con su matraca verbal y su inacción.
Me aterra también que personajes que pueblan la tdt en tertulias de caza al socialista y todo aquel que no comulgue con sus ideas, acaben con más preponderancia de la que tienen en lo que, al fin y al cabo, no es más que un pequeño canal que triunfa más en los zapping que en porcentajes de audiencia.
Porque la derecha de este país es la misma de siempre: aquellos que piensan que los gays son diferentes, que la educación y moral cristiana es la única y que, ¡qué coño!, con franco se vivía bien.
Dicen que la alternancia es buena para la democracia y estoy de acuerdo, pero no todo vale a la hora de alternar. Y otorgar el poder a esta derecha que sufrimos en España sería desandar lo andado.
No podemos repetir los mismos errores, porque si esquilmas el pozo, éste irremediablemente acabará secándose. Hay que dejar tiempo para que el sistema crezca desde unas bases sólidas, desde una economía sostenible en el tiempo y en la ideas. Hay que dar una oportunidad a un proyecto a largo plazo, un proyecto que descubrió con las primeras lluvias que los cimientos que otros habían construido se disolvían como azucarillos. Un proyecto al que le ha tocado desviar su camino y dar un rodeo ante las arenas movedizas que tenía de frente, apartándose de los ideales socialistas que nos unen y mermando nuestra confianza; pero que seguro retornará a su senda y volverá a hacernos creer que sí hay otra forma de hacer las cosas.
Un proyecto en el que hay que seguir creyendo, porque al otro lado no hay nada.
La razón que me impulsa a dar rienda suelta a todo esta subjetividad es que me aterra pensar que volvamos a tropezar con la misma piedra y caigamos de nuevo en brazos de quienes hace unos años, lejos de salvar al país, como ellos mismos pregonan a los cuatro vientos, lo dejaron a merced del capital y de sus vaivenes. Esto es, en manos del pp.
En manos de quienes durante ocho años gobernaron España y en lugar de intentar crear una bases sólidas que pensaran en un futuro, se convirtieron en una especie de James Dean – las comparaciones puedes ser odiosas – de la economía, creando un sistema que viviera rápido, muriera joven y dejara un bonito cadáver. El problema es que cuando el cadáver acabó, como todos, corrompiéndose, ellos ya tenían preparada su vida después de la política; y fueron otros los que ante el olor a descomposición han tenido que remangarse, sacar el desinfectante e intentar limpiar toda la porquería.
¿Qué ha hecho el pp mientras tanto? Nada.
¿Qué ha propuesto el pp para tratar de arreglar el desaguisado? Nada.
¿Alguien del pp ha dado muestras de que quizás su política fuera responsable de la crisis económica que ha golpeado el país? Como era de esperar, no; al contrario, insisten en la bonanza de los días de vino y rosas que trajo su gobierno. Lo más cercano a entonar un mea culpa, ha sido el tirón de orejas del fmi a la Rodrigo Rato y su nefasta presidencia de este organismo, la misma poción mágica que ideó para España y que nos ha llevado al punto en el que estamos. Esto ha dejado a su tótem de las finanzas resquebrajado, pero ellos han hecho oídos sordos y siguen con su matraca verbal y su inacción.
Me aterra también que personajes que pueblan la tdt en tertulias de caza al socialista y todo aquel que no comulgue con sus ideas, acaben con más preponderancia de la que tienen en lo que, al fin y al cabo, no es más que un pequeño canal que triunfa más en los zapping que en porcentajes de audiencia.
Porque la derecha de este país es la misma de siempre: aquellos que piensan que los gays son diferentes, que la educación y moral cristiana es la única y que, ¡qué coño!, con franco se vivía bien.
Dicen que la alternancia es buena para la democracia y estoy de acuerdo, pero no todo vale a la hora de alternar. Y otorgar el poder a esta derecha que sufrimos en España sería desandar lo andado.
No podemos repetir los mismos errores, porque si esquilmas el pozo, éste irremediablemente acabará secándose. Hay que dejar tiempo para que el sistema crezca desde unas bases sólidas, desde una economía sostenible en el tiempo y en la ideas. Hay que dar una oportunidad a un proyecto a largo plazo, un proyecto que descubrió con las primeras lluvias que los cimientos que otros habían construido se disolvían como azucarillos. Un proyecto al que le ha tocado desviar su camino y dar un rodeo ante las arenas movedizas que tenía de frente, apartándose de los ideales socialistas que nos unen y mermando nuestra confianza; pero que seguro retornará a su senda y volverá a hacernos creer que sí hay otra forma de hacer las cosas.
Un proyecto en el que hay que seguir creyendo, porque al otro lado no hay nada.
lunes, 21 de febrero de 2011
EL MILAGRO DE LOS PANES Y LOS PECES
En economía los milagros no existen, todo es cuestión de números y oportunidad. Pero donde hay dos realmente hay dos. Y dos no son cuatro.
Los seres humanos somos muy dados al cortoplacismo, lo queremos todo para ya sin importarnos la forma ni las posibles consecuencias. Así se explican en parte estos ciclos económicos de ascenso y descenso, en los que subimos muy altos, soltamos todo el lastre, vendemos hasta la tela del globo y finalmente caemos sin remisión.
Los españoles, en particular, somos muy dados a creer en milagros multiplicadores. Quizás realmente sí pensemos que hay gato encerrado, pero si mientras dura su encierro salimos beneficiados, ni miramos atrás ni pensamos en que cuando mañana el gato salga, quizás sea un tigre y nos devore. Entonces clamaremos al cielo y culparemos al gobierno de turno de que nuestros panes y nuestros peces no solo no se han multiplicado, sino que encima han desaparecido.
Viene todo esto al caso de lo acontecido recientemente con la nueva/vieja Rumasa, que casi treinta años después ha vuelto a repetir la jugada. Tras refundarse la empresa por medio de diferentes holding en paraísos fiscales, volvió al primer plano empresarial encaramada en el globo de una economía que crecía sobre arenas movedizas. Así, en un video costumbrista y con una escenografía de Última Cena, el patriarca de la empresa y sus discípulos nos pedían nuestro dinero y a cambio prometían la multiplicación de los panes y los peces. Milagros que, como antes hemos dicho, no existen.
Los seres humanos somos muy dados al cortoplacismo, lo queremos todo para ya sin importarnos la forma ni las posibles consecuencias. Así se explican en parte estos ciclos económicos de ascenso y descenso, en los que subimos muy altos, soltamos todo el lastre, vendemos hasta la tela del globo y finalmente caemos sin remisión.
Los españoles, en particular, somos muy dados a creer en milagros multiplicadores. Quizás realmente sí pensemos que hay gato encerrado, pero si mientras dura su encierro salimos beneficiados, ni miramos atrás ni pensamos en que cuando mañana el gato salga, quizás sea un tigre y nos devore. Entonces clamaremos al cielo y culparemos al gobierno de turno de que nuestros panes y nuestros peces no solo no se han multiplicado, sino que encima han desaparecido.
Viene todo esto al caso de lo acontecido recientemente con la nueva/vieja Rumasa, que casi treinta años después ha vuelto a repetir la jugada. Tras refundarse la empresa por medio de diferentes holding en paraísos fiscales, volvió al primer plano empresarial encaramada en el globo de una economía que crecía sobre arenas movedizas. Así, en un video costumbrista y con una escenografía de Última Cena, el patriarca de la empresa y sus discípulos nos pedían nuestro dinero y a cambio prometían la multiplicación de los panes y los peces. Milagros que, como antes hemos dicho, no existen.
A todo esto, en España a nadie se le debería escapar qué Partido Político es adalid de estas políticas ultraliberales de rápido crecimiento, alto riesgo y, por supuesto, sin red ni andamios; que ya vendrán otros a limpiar la porquería. Sólo hay que echar un vistazo al desastroso legado dejado por su ensalzado Rodrigo Rato y su política de economía insostenible desde el ministerio de economía y desde su posterior presidencia del fmi.
domingo, 13 de febrero de 2011
¡CUÁNTA IRONÍA!
Tienen guasa las últimas arengas lanzadas en un mitín por el inefable Esteban González Pons, vicesecretario de comunicación del PP. Serían hasta graciosas y dignas de cualquier monólogo cómico si no vinieran de quienes vienen, lo que resulta tremendamente irónico.
Resulta que ha comparado la situación en que se encuentra España con la que han venido sufriendo en Egipto durante los últimos treinta años, afirmando que la crisis de valores, la crisis económica y la crisis política y social que asola el país debería empujar a los españoles a cambiar las cosas porque -según afirma- quien quiere, puede. Quiero pensar que se refiere al lugar donde los ciudadanos pueden ejercer ese derecho, cada cuatro años en el caso de España, que son las urnas.
Habría que recordarle al señor González Pons que nuestro país también se vió atrapado en las manos de un dictador, el cual se perpetuó en el poder durante cerca de cuarenta años. Años en los que España vivió en permanente conflicto social y de valores, debido a la falta de libertad, donde la crisis económica sólo podía paliarse con las ayudas de EEUU por sus servicios prestados en la lucha contra el comunismo, y donde la crisis política se instaló desde que el militar golpista derrumbó un gobierno lícito, asoló las instituciones de gobierno y persiguió todo atisbo de política alejada del sistema por él instaurado.
La ironía de sus declaraciones radica en que cuando todo esto sucedía en España, la gran mayoría de sus compañeros de partido y sus respectivos familiares llevaban una plácida existencia en connivencia con el dictador, y que aquellos que querían cambiar las cosas no tenían siquiera la oportunidad de organizarse para intentar cambiarlas.
¡Cuánta ironía!
- Este artículo ha sido publicado en la sección de Cartas al Director de El País el día 19 de Febrero:
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Cuanta/ironia/elpepuopi/20110219elpepiopi_9/Tes
Resulta que ha comparado la situación en que se encuentra España con la que han venido sufriendo en Egipto durante los últimos treinta años, afirmando que la crisis de valores, la crisis económica y la crisis política y social que asola el país debería empujar a los españoles a cambiar las cosas porque -según afirma- quien quiere, puede. Quiero pensar que se refiere al lugar donde los ciudadanos pueden ejercer ese derecho, cada cuatro años en el caso de España, que son las urnas.
Habría que recordarle al señor González Pons que nuestro país también se vió atrapado en las manos de un dictador, el cual se perpetuó en el poder durante cerca de cuarenta años. Años en los que España vivió en permanente conflicto social y de valores, debido a la falta de libertad, donde la crisis económica sólo podía paliarse con las ayudas de EEUU por sus servicios prestados en la lucha contra el comunismo, y donde la crisis política se instaló desde que el militar golpista derrumbó un gobierno lícito, asoló las instituciones de gobierno y persiguió todo atisbo de política alejada del sistema por él instaurado.
La ironía de sus declaraciones radica en que cuando todo esto sucedía en España, la gran mayoría de sus compañeros de partido y sus respectivos familiares llevaban una plácida existencia en connivencia con el dictador, y que aquellos que querían cambiar las cosas no tenían siquiera la oportunidad de organizarse para intentar cambiarlas.
¡Cuánta ironía!
- Este artículo ha sido publicado en la sección de Cartas al Director de El País el día 19 de Febrero:
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Cuanta/ironia/elpepuopi/20110219elpepiopi_9/Tes
miércoles, 2 de febrero de 2011
AIRES DE REVOLUCIÓN
Parece que algo se está moviendo en el mundo árabe. Primero fue Túnez, ahora Egipto, y ya empiezan a sonar aires de revolución en otros países como Jordania y Yemen. Todos países secularizados por gobiernos que han sido amparados y mantenidos por occidente con objeto de frenar la islamización del oriente más cercano a nuestra civilización; a cambio de esto, sátrapas como Ben Ali en Túnez o Mubarak en el país de los faraones se perpetúan en el poder frenando las ansias de cambio de sus ciudadanos, enriqueciendo sus arcas y manteniendo a su población en permanente estado de excepción. Todo ello, claro está, subvencionado por los dólares y los euros provinientes de Estados Unidos y Europa.
Otros tres gobiernos del norte del Sáhara deberían aplicarse el tan manido refrán español acerca de las barbas del vecino: Marruecos, Argelia y Libia, paises donde Hassan II, Bouteflika y el ahora bien amado Muammar Al Gaddafi, han hecho del estado el patio trasero de su casa con la aquiescencia una vez más de Europa y Estados Unidos.
Las analogías con los gobiernos de cartón piedra que asolaron el centro y el sur de América en la segunda mitad del siglo XX, son obvias. Aunque allí parece que de un tiempo a esta parte los estados sí han podido sacudirse la dominancia, que no la dependencia, extranjera, y ya comienzan a caminar solos.
Si antes el enemigo lo conformaba el ideal socialista, el gran satán contra el que había que luchar para que el modo de gobierno impulsado por los neoliberales occidentales extendiera sus tentáculos y sus ansias de poder, ahora es la doctrina islámica la justificación para continuar con este nuevo colonialismo.
Pero no nos engañemos, a occidente ni le importan ni nunca le han importado los derechos y el bienestar de los habitantes de estos países, el verdadero fin de este supervisión es el control de las riquezas naturales y la hegemonía de la dictadura de un libre mercado entendido desde el punto de vista occidental: tú lo tienes, yo lo exploto, yo lo vendo y yo me quedo con los beneficios.
Magnífica ecuación.
Otros tres gobiernos del norte del Sáhara deberían aplicarse el tan manido refrán español acerca de las barbas del vecino: Marruecos, Argelia y Libia, paises donde Hassan II, Bouteflika y el ahora bien amado Muammar Al Gaddafi, han hecho del estado el patio trasero de su casa con la aquiescencia una vez más de Europa y Estados Unidos.
Las analogías con los gobiernos de cartón piedra que asolaron el centro y el sur de América en la segunda mitad del siglo XX, son obvias. Aunque allí parece que de un tiempo a esta parte los estados sí han podido sacudirse la dominancia, que no la dependencia, extranjera, y ya comienzan a caminar solos.
Si antes el enemigo lo conformaba el ideal socialista, el gran satán contra el que había que luchar para que el modo de gobierno impulsado por los neoliberales occidentales extendiera sus tentáculos y sus ansias de poder, ahora es la doctrina islámica la justificación para continuar con este nuevo colonialismo.
Pero no nos engañemos, a occidente ni le importan ni nunca le han importado los derechos y el bienestar de los habitantes de estos países, el verdadero fin de este supervisión es el control de las riquezas naturales y la hegemonía de la dictadura de un libre mercado entendido desde el punto de vista occidental: tú lo tienes, yo lo exploto, yo lo vendo y yo me quedo con los beneficios.
Magnífica ecuación.
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