viernes, 4 de julio de 2008

¿HACIA DONDE VA EL PSOE?

Lanzo esta pregunta al aire en el día que comienza el comité federal del partido. Las declaraciones que podemos escuchar a cada uno de los miembros de su ejecutiva van en la línea de continuar con la política social que desarrollaron durante sus primeros cuatro años de gobierno y que fue tan celebrada por un gran número de personas, tanto dentro de la propia España como fuera de ella. Un grupo de ciudadanos que pensamos que hay otra forma de hacer política y que tiene como unos de sus pilares fundamentales al ser humano y su bienestar en una sociedad más solidaria e igualitaria. Sin embargo, ninguna de estas cualidades mostradas y llevadas a la práctica durante la primera legislatura esta teniendo continuidad en estos primeros meses de la segunda, en los que amparados por un aumento en el número de escaños, lo que les otorgaba según sus propias palabras: "menos dependencia de otros partidos políticos"; han desarrollado una política conservadora y han roto alianzas con grupos parlamentarios de izquierdas que participaron en la gran mayoría de las leyes de ámbito social que fueron promulgadas en la primera legislatura.
Al contrario, debates que retomen temas como la eutanasia, la ley del aborto y una completa autofinanciación de la iglesia, lo que sería lógico en un país laico como es España; parecen lejanos en el debate político actual. Políticas y decisiones tomadas en Europa y que no deberían entrar en el vocabulario de un partido "socialista" han sido respaldadas en algunos casos (la nueva política europea de inmigración) y no puestas en duda en otros (la jornada inacabable de 60 horas semanales) por nuestro gobierno.
El gobierno se encuentra enredado en la propia maraña que se ha tejido en torno suyo con la no aceptación de la crisis económica que amenaza a Europa. Una crisis que, como ya se ha reflejado en este blog anteriormente, es opinable y relativa; pero que era de esperar acabara repercutiendo en una economía dependiente en exceso del exterior como es la nuestra. España, que lleva ya casi tres lustros de crecimiento económico, no se ha preocupado de desarrollar industrias que nos hagan menos dependientes del exterior. La inversión en I+D ha sido ridícula en todo este tiempo y el monstruo de la crisis nos ha cogido desprevenidos una vez más. El gobierno ha acabado entrando en la tela de araña de la oposición, enzarzándose en un debate estéril acerca de la existencia de la crisis y olvidándose de encontrar las medidas que la alivien. Medidas que deberían ser proteccionistas del ciudadano, del trabajador de a pie; que es el primero que la sufre en su bolsillo y en su puesto de trabajo, donde se le dará otra vuelta de tuerca para que su producción compense el menor beneficio que se obtenga a fin de ejercicio.
Como decía al principio, hoy empieza el congreso federal, y es ahí donde espero que el gobierno se haga eco de las voces críticas en la sociedad y dentro del partido acerca de su errática trayectoria en estos meses y acabe despegándose del fantasma recurrente acerca de los complejos de una izquierda que cada vez que llega a un punto donde dar un nuevo paso adelante se estanca y se vuelve hacia el más puro conservadurismo, donde no sabe moverse.
Sólo así recuperará el pulso y todo aquello por lo que muchos ciudadanos de este país le dimos nuestra confianza para los próximos cuatro años.