sábado, 5 de enero de 2008

Carta a un/a hij@ de treinta y tantos

Perdóname hij@ porque un día, prácticamente recién nacid@ y alejad@ de toda consciencia, llamé a toda la familia, a todos los amigos, y les convidé a ver como vertías lágrimas y aceptabas con la resignación propia de tus escasos días de vida como una persona que no habías visto hasta entonces vertía agua sobre tu cabeza.
Perdóname porque años después te inscribí con el resto de tus compañeros para que te quedaras dos días a la semana después de clase a cantar loas a una persona que supuestamente vivió hace muchos años y a leer acerca de los hechos que acaecieron en su vida.
Te pido perdón porque en ningún momento me cuestioné aquello en lo que te estaban instruyendo, pero es que nadie lo hacía. ¿Cómo iba yo a marcarte de esa forma?
Perdóname por no haberte hablado de todo aquello que te contaban y así darte una visión más amplia y menos subjetiva, siempre pensé que te dejaba en buenas manos.
También pido que me perdones por haberte animado a reunirte todos los domingos en aquel mismo sitio donde hace unos años pasaste a ser uno más.
Por todo ello te pido perdón y te animo a buscar tu camino, a leer todo aquello que te interese y forjarte tus propias opiniones. En su origen fue algo bello, un movimiento que predicaba la libertad y el amor; pero ese sentimiento se perdió y fue pervertido con el fin de acaparar el poder.
Te contaré que en su nombre se han cometido asesinatos, se han fomentado guerras y miles de personas han muerto por todo ello.
También te diré que cuando medraba en el poder no tenía el mayor reparo para mirar a otro lado ante las injusticias cometidas por aquellos que lo poseían.
Que cuando se siente desplazada y limitado su poder no duda en manipular y exaltar a la gente para así intentar recuperar el terreno perdido.
Tienen estúpidas reglas que hacen que aquello que es natural se convierta en algo sucio. Y la forma que tienen de reprimirte es mediante el miedo y la amenaza.
Debes saber que se aprovechan de las miserias de la gente para convertirlos en sus adeptos. Ahí y en la manipulación desde muy temprana edad radica su poder.
Que protegen a aquellos de sus miembros que han abusado de su influencia sobre menores de edad.
Te digo que aquellos que predican con el amor al prójimo excluyen al prójimo cuando éste elije dar ese amor a alguien de su mismo sexo.
Hablan de respeto a la vida pero no respetan la vida de aquel que no piensa como ellos. Aunque ellos digan que sí lo hacen no es cierto; no la respetan, la compadecen. Y la compasión no es respeto.


Te pido perdón hij@ por haberte hecho partícipe de este circo donde te metí sin darte opción a elegir qué querías hacer.