viernes, 23 de noviembre de 2007

LA NÓMINA DE MI PADRE (Artículo de Forges)

Me han enviado este artículo que Forges escribió en El País. Merece la pena cada segundo que dura su lectura.

La nómina de mi padre en diciembre de 1979 era de 38.000 pesetas. Él trabajaba como peón en una obra. En ese mismo momento le ofrecieron comprar una casa. Le pedían un total de 500.000 pesetas por ella. Decidió no arriesgar y continuar viviendo en régimen de alquiler, en unas condiciones muy buenas. Se trataba de una casa modesta pero muy bien ubicada, en pleno centro de un pueblo cercano a Barcelona. A los pocos meses mi padre y mi madre compraron un terreno en otro pueblo de la misma provincia y en menos de cinco años de esfuerzo ya habían levantado y pagado una vivienda de 120 m2. Han pasado 27 años.
En 2006 y en el mismo pueblo donde viven, un piso modesto de 75 m2 a las afueras no se encuentra por menos de 35 millones de pesetas, y estoy siendo muy generoso. En el año 1979 el coste de un piso era del orden de 14 mensualidades de un peón de obra 38.000 pts/mes x 14 meses = 532.000 pts. El sueldo en 2006 de un universitario recién titulado en ingeniería informática sin experiencia profesional no llega a las 200.000 pesetas mensuales. En el año 2006 una vivienda modesta cuesta 175 mensualidades (14 anualidades!!!!) de un ingeniero informático. 200.000 pts/mes x 175 meses=35.000.000 pts. Los jóvenes de hoy necesitaríamos cobrar 2,5 millones de pesetas mensuales para estar en igualdad de condiciones con nuestros padres que compraron una vivienda a principios de los años 80.2.500.000 pts/mes x 14 meses = 35 Mill. de pts. Los pisos en el año 2006 deberían costar 2,8 millones de pesetas para que los jóvenes de hoy estemos en igualdad de condiciones con nuestros padres en 1979. 200.000 pts/mes x 14 meses = 2.800.000 pts. No encuentro adjetivo alguno en el año 2006 para calificar lo que mi padre consideró arriesgado en 1979.
Está claro que los pisos no van a pasar a costar de la noche a la mañana 30 veces menos, de 35 a 3 millones. También está claro que no voy a cobrar 2,5 millones de pesetas mensuales, por muy buen trabajo que encuentre y por muchos estudios que tenga. Lo primero que se le ocurre a uno es seguir viviendo en casa de sus padres y ahorrar el 100% del sueldo durante los próximos 14 años, para el año 2020 (yo rondaré ya los 40 años de edad) tendré el dinero suficiente para comprar una vivienda al coste del año 2006 pero, por supuesto, no al coste del año 2020. Evidentemente esta ocurrencia la desecha uno antes de hacer cualquier cálculo. Aunque un joven bienintencionado consiga ahorrar 2, 4 o 6 millones con mucho esfuerzo en pocos años, a día de hoy nunca podrán evitar:
1) Pedir un préstamo al banco a 40 o 50 años (si consigues ahorrar 2,4 o 6 millones puedes reducir el período a 35 - 45 años, pero 5 años no suponen prácticamente nada cuando estamos hablando de medio siglo de pago). Te darás cuenta de que no vives en una democracia sino en una dictadura. El dictador no se llama Francisco Franco, sino LaCaixa, BSCH, Banc de Sabadell o, en general, 'la banca'. Ni siquiera tendrás la libertad de decir lo que piensas a, por ejemplo, tu jefe,no vaya a ser que cierre el grifo y no puedas pagar al dictador.
2) La otra solución es pagar un alquiler de por vida. En este caso el dictador se llamará Juan García, José Pérez o Pablo el arrendador. La situación no es muy diferente al primer caso.
Después de esta reflexión ten la delicadeza de no decir a un joven que su problema es que no ahorra, eso fue válido para ti en 1979, incluso era valido para algunos jóvenes en 1999, pero no en 2006, en 2006 sólo consigues cargar con más impotencia, si cabe, al muchacho. El esfuerzo de nuestros padres, sin duda alguna admirable, no era estéril (podían obtener una vivienda de propiedad en un período de 5 años). El mismo esfuerzo realizado por nosotros, los hijos, sólo llega para quizá reducir en 5 años una hipoteca de medio siglo. La vivienda nunca fue un objeto para enriquecerse, sino para vivir y es de lo poco material
que sí necesitamos. La ley del libre mercado puede establecer el precio de los televisores de plasma al precio que quiera... yo no los compraré... pero nunca tuvimos que permitir que esa misma ley fijara el precio de la vivienda, porque todos Necesitamos vivir en una y no todos podemos pagarla. Los jóvenes, incluso aquellos que tenemos estudios superiores, no podemos competir.


miércoles, 14 de noviembre de 2007

SE EQUIVOCA CHÁVEZ

Hugo Chávez siempre ha gozado de mi simpatía. Quizás, el único pero que le ponía era su condición de militar. Es esta condición la que a mi modo de ver explica los grandes fallos de su mandato.
Chávez es un soñador, de verdad cree que es posible cambiar el mundo, y cree que este cambio tiene que tener su semilla en sudamérica. Se dejará la vida en ello si es necesario. Pero debe entender que con cada actuación como la del pasado fin de semana en la Cumbre Iberoamericana carga de razones a aquellos que le critican.
Vayamos por partes.
Tiene razón Chávez cuando acusa al Aznar de estar detrás del fallido golpe de estado que le derrocó momentaneamente el 11 de Abril de 2002. Pedro Carmona Estanga, que era el presidente de Fedecámaras (la patronal venezolana) en esa época, contó con el apoyo logístico de los servicios secretos españoles y fue nuestro ex-presidente quien no perdió tiempo en reconocerle como nuevo presidente del pais caribeño. Repito, tiene toda la razón. Pero no eligió el lugar ni el momento para expresar sus protestas.
Está en lo cierto cuando habla de como las empresas españolas, y no españolas también, han estado durante años beneficiándose de las riquezas naturales venezolanas, y del resto del continente, explotando sus inmensas reservas energéticas y alimentarias sin que los beneficios producidos revertieran lo más mínimo en el pueblo sudamericano. Y es por eso que desde que comenzó su mandato la nacionalización de esas riquezas ha sido parte esencial de su programa. Algo a lo que se han sumado afortunadamente otros gobiernos de la zona.
Esto último es lo que molesta de verdad a todos aquellos gobiernos que critican a Chávez. En el mundo en que vivimos son, lamentablemente, las grandes empresas, y no los ciudadanos representados por los políticos, quienes de verdad mandan. Y que alguien se quiera salir de la rueda para encima quitarles la teta de la vaca es lo que de verdad molesta, no el hecho de que sea supuestamente un dictador (ellos han puesto y depuesto dictadores continuamente).
Por eso nos hablan de él como si fuera el mal mismo, manipulan constantemente la información con el fin de sembrar animadversión hacia su persona.
Cerró Radio Caracas. Yo nunca defenderé que se censure o se amordace la palabra. Pero, contrariamente a lo que se nos contó aquí, las razones por las que la cerró están próximas a las actuaciones de la justicia española con los diarios eguin y gara; ya que incitaban a la rebelión y a la desobediencia civil, además de estar detrás del fallido golpe de 2002.
Pero Chávez no es un dictador. Ha sido elegido democraticamente por el pueblo venezolano y será su presidente hasta que el mismo pueblo que le ha encumbrado al poder decida que su momento ha pasado. Chávez es un militar, y es al pensar como militar cuando comete esos errores a los que me refería al principio. No puede soportar el hecho de no controlar todo lo que sucede, y esto le lleva a la omnipresencia, a sentirse protagonista en todo momento y también, desgraciadamente, a tomar decisiones dictatoriales.
Chávez huye hacia delante. Es ese afán de protagonismo el que le llevó al enfrentamiento con el rey el sábado pasado. Y es también ese afán de protagonismo por el que pretende reformar la constitución y buscar la forma de perpetuarse. Se equivoca. Triunfan las ideas, no las personas. Y las ideas del nuevo socialismo que ha adoptado para dirigir venezuela son las que debe procurar que calen en la sociedad y no imponerlas. Dar un paso a un lado, delegar responsabilidades y gobernar junto al resto de su gobierno es lo que debería hacer.
Y olvidar de una vez el militar que fue.