sábado, 28 de junio de 2008

¿CRISIS?

¿Qué crisis? Son ciclos periódicos que nos asaltan, nos crispan, nos tocan los bolsillos y nos hacen entrar en una dinámica catastrofista para la que buscamos un culpable sobre quien verter toda nuestra frustración.
El ciclo comienza cuando se fomenta el consumo con rebajas de impuestos y de tipos de interés. Los ciudadanos entonces empezamos a consumir, de un modo contenido al principio; para seguidamente, y alentados por nuevas rebajas, lanzarnos en una vorágine consumista, a un consumo desaforado, en el que vivimos por encima de nuestras posibilidades y gastamos más de lo que realmente podríamos o deberíamos, empeñando nuestros salarios con prestamos hipotecarios y personales. Esto lo hacemos gracias a los dos grandes beneficiarios de este sistema: la banca y las grandes empresas, quienes con el beneplacito y la colaboración del gobierno de turno se unen para repartirse el pastel que los trabajadores fabricamos con nuestro esfuerzo a cambio de un "mayor bienestar" prescindible en gran medida. Así, el banco te deja el dinero, que de tus manos pasará a engordar las cuentas de la gran empresa, aumentando tu deuda conforme tu deseo de consumo se hace mayor.
Al cabo del tiempo viene la segunda parte del ciclo, que es cuando la banca decide que ya es hora de recoger beneficios. Entonces los tipos de interés y los impuestos vuelven a aumentar, siempre claro, contando con el visto bueno del gobierno nuevamente. Esto, no sólo frena el consumo, sino que provoca una cascada de reacciones que repercuten en el bolsillo del trabajador. Que en ese momento es cuando se pregunta para qué compraría la casa con pista de paddle y piscina cuando por sesenta mil euros menos la habría podido tener igual pero sin esos extras tan "necesarios". Se pregunta por qué se compró la tele de plasma cuando la otra funcionaba perfectamente.
No mucho tiempo después, la crisis pasa, el ciclo tras un tiempo de contenencia vuelve a empezar con el cebo de unas nuevas rebajas de tipos y todos entonces nos olvidamos de la "crisis" de hace dos años.
Cabe la reflexión de si estas crisis son reales o son creadas por aquellos que son los grandes beneficiados de estos periodos con la inestimable colaboración del trabajador que piensa que si puede tener un coche mejor y más grande que el del vecino mucho mejor.