martes, 8 de marzo de 2011

UN PROYECTO DE FUTURO

Voy a ser claro en mis palabras y conscientemente voy a obviar toda objetividad.
La razón que me impulsa a dar rienda suelta a todo esta subjetividad es que me aterra pensar que volvamos a tropezar con la misma piedra y caigamos de nuevo en brazos de quienes hace unos años, lejos de salvar al país, como ellos mismos pregonan a los cuatro vientos, lo dejaron a merced del capital y de sus vaivenes. Esto es, en manos del pp.
En manos de quienes durante ocho años gobernaron España y en lugar de intentar crear una bases sólidas que pensaran en un futuro, se convirtieron en una especie de James Dean – las comparaciones puedes ser odiosas – de la economía, creando un sistema que viviera rápido, muriera joven y dejara un bonito cadáver. El problema es que cuando el cadáver acabó, como todos, corrompiéndose, ellos ya tenían preparada su vida después de la política; y fueron otros los que ante el olor a descomposición han tenido que remangarse, sacar el desinfectante e intentar limpiar toda la porquería.
¿Qué ha hecho el pp mientras tanto? Nada.
¿Qué ha propuesto el pp para tratar de arreglar el desaguisado? Nada.
¿Alguien del pp ha dado muestras de que quizás su política fuera responsable de la crisis económica que ha golpeado el país? Como era de esperar, no; al contrario, insisten en la bonanza de los días de vino y rosas que trajo su gobierno. Lo más cercano a entonar un mea culpa, ha sido el tirón de orejas del fmi a la Rodrigo Rato y su nefasta presidencia de este organismo, la misma poción mágica que ideó para España y que nos ha llevado al punto en el que estamos. Esto ha dejado a su tótem de las finanzas resquebrajado, pero ellos han hecho oídos sordos y siguen con su matraca verbal y su inacción.
Me aterra también que personajes que pueblan la tdt en tertulias de caza al socialista y todo aquel que no comulgue con sus ideas, acaben con más preponderancia de la que tienen en lo que, al fin y al cabo, no es más que un pequeño canal que triunfa más en los zapping que en porcentajes de audiencia.
Porque la derecha de este país es la misma de siempre: aquellos que piensan que los gays son diferentes, que la educación y moral cristiana es la única y que, ¡qué coño!, con franco se vivía bien.
Dicen que la alternancia es buena para la democracia y estoy de acuerdo, pero no todo vale a la hora de alternar. Y otorgar el poder a esta derecha que sufrimos en España sería desandar lo andado.
No podemos repetir los mismos errores, porque si esquilmas el pozo, éste irremediablemente acabará secándose. Hay que dejar tiempo para que el sistema crezca desde unas bases sólidas, desde una economía sostenible en el tiempo y en la ideas. Hay que dar una oportunidad a un proyecto a largo plazo, un proyecto que descubrió con las primeras lluvias que los cimientos que otros habían construido se disolvían como azucarillos. Un proyecto al que le ha tocado desviar su camino y dar un rodeo ante las arenas movedizas que tenía de frente, apartándose de los ideales socialistas que nos unen y mermando nuestra confianza; pero que seguro retornará a su senda y volverá a hacernos creer que sí hay otra forma de hacer las cosas.

Un proyecto en el que hay que seguir creyendo, porque al otro lado no hay nada.

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