Entre "No me temblará la mano contra la corrupción" y "Luis, lo entiendo. Se fuerte. Mañana te llamaré. Un abrazo" sólo distan escasamente 24 horas.
La diferencia es que mientras que la cruzada anti-corrupción fue expresada en un acto público el pasado mes de enero, monopolizado por la entonces reciente aparición de cuentas en Suiza de Luis Bárcenas; la segunda le fue remitida en privado por sms al ex-tesorero del pp para mostrarle su apoyo.
El autor de estas dos interlocuciones tan antagónicas es el mismo, el actual presidente del gobierno Mariano Rajoy, el cual ya no habla, ni en un sentido ni en el contrario, ha perdido su caracteristica retranca y ni siquiera confía en que una vez más un plasma le sirva de escudo.
Pero el presidente del gobierno ha perdido mucho más que su habilidad para hablar mucho sin decir nada; ha perdido la legitimidad que las urnas le dieron hace año y medio y si no quiere perder la dignidad que le quede debería dimitir y convocar elecciones.
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