domingo, 2 de junio de 2013

UNA PROPOSICIÓN INDECENTE

Sólo así se puede calificar la propuesta que ha hecho el gobernador del Banco de España, Luis Linde, de crear contratos al margen de convenios o sin la traba de un salario mínimo interprofesional. Contratos, en definitiva, alejados de toda restricción legislativa laboral.
Seguro que muchos empresarios celebraron lo que Luis Linde manifestó; es más, posiblemente fuera él el elegido por la propia patronal para actuar de portavoz suyo y dar voz a una propuesta que ni ellos mismos se atreven a poner sobre la mesa.
¿Cual será la siguiente? ¿Ofrecer trabajo a cambio de tres platos de comida al día? O, a cambio de una jornada más extensa, incluir un pequeño catre en un barracón donde, hacinado junto a a otros compañeros de trabajo, poder descansar unas horas antes de comenzar una nueva jornada.
Las soluciones al problema del empleo en España, a cada cual más lamentable, son unidireccionales, todas parte de una estrategia perfectamente definida que consiste en reducir los derechos y los emolumentos de los trabajadores al tiempo que, inspiradas en el dogma liberal del "laissez faire", se eliminan restricciones al empresario. Soluciones que se está demostrando sólo sirven para empobrecer a los primeros al tiempo que los segundos aumentan su riqueza y su poder.
Es preciso un cambio de rumbo en la legislación y en la cultura empresarial. El recurso humano, mayormente visto por ésta como un mal menor, es, al contrario, un bien necesario e imprescindible para que una empresa funcione. Un trabajador feliz, descansado y motivado siempre rendirá más que uno descontento, agotado y desmotivado.
Una cosa que ni los empresarios ni quienes legislan parecen querer entender.

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