El amor es vagabundo; no se busca, te encuentra.
El amor te hace despertar cada mañana con una sonrisa, es un cosquilleo en el estómago.
Te hace ver las miserias de este mundo en que vivimos y pensar que mañana todo irá mejor.
El amor te hace querer devorar cada segundo de cada día de tu vida.
Pero no es permanente, es un jardín que hay que regar. Y yo Lola quiero ser jardinero del tuyo.
Alguien dijo un día: “Cuando el poder del amor sobrepase al amor al poder, el mundo conocerá la paz”.
Gracias a todos vosotros, gracias a todo ese amor que me habéis dado, a todos esos pedacitos de cada uno de vosotros de que estoy hecho.
Gracias a ti Lola, mi ángel, que me miras como me miras, que me quieres como quieres y haces todo lo que haces como lo haces.
Gracias a todo esto no preciso el poder, no deseo dinero o bien material alguno, no deseo la gloria. Porque cada mañana despierto con una sonrisa, cada momento siento ese cosquilleo en el estómago, devoro cada segundo de cada día de mi vida y estoy convencido de que mañana todo irá mejor y que el mundo, al igual que yo, conocerá la paz.
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