viernes, 30 de mayo de 2008

ACERCA DEL PP

Son variadas las opiniones y las conclusiones que se pueden extraer del gallinero en que se ha convertido el pp. Entre ellas yo destacaría el hecho de que parece que por fin, y esto es algo que les ha llevado cuatro años; por fin acatan el resultado electoral que encumbró al psoe a la presidencia del gobierno. Digo por fin, porque se han pasado la totalidad de la anterior legislatura deslegitimando la elección de un país; digo por fin porque según el sector duro del pp, ese que ha sido el principal impulsor de la política de crispación que han llevado a cabo, Rajoy no vale como lider; y si no tiene madera de lider ahora tampoco la tendría hace cuatro años. De esto se deduce que el dedo de Su Bajeza Real Chemari I de las Azores no es infalible y que algo que nadie quería pero todos acataron sin cuestión fue un error desde el principio. Lo que llevó a su sucesor a guardar obediencia total durante estos cuatro años y a convertirse en el monigote que todos hemos podido observar.
Yo lo que más destacaría de todo es que en el pp, lo único que importa, lo único que gusta, lo único que apacigüa a cada uno de los gallos del corral es, por encima de toda ideología, el poder. Si hubieran ganado las pasadas elecciones nada de esto estaría sucediendo, y no habría liberales ni democristianos, centristas ni reformistas, derecha ni centro-derecha, sino que cada uno tendría su parte del pastel y entonces las ideologías volverían a la nevera.
Pero las tensiones internas no son nuevas. Meses antes de las elecciones y al ver que los sondeos que manejaban seguían dando la victoria al psoe, Rajoy jugó el órdago a la grande apartando de toda actividad en campaña a los máximos exponentes de la política de la crispación: Zaplana, Acebes y Pujalte (incluso Aznar mantenía un discreto segundo plano); lo que unido al intento de colocar a Gallardón como su número dos pretendía recuperar el voto de un sector de la población que aún no contento con el psoe huía del insulto y la política barriobajera que el pp había llevado a cabo durante la legislatura. Lo primero fue aceptado, pensando que un gesto así podría ayudar a recuperar esos votos, pero lo segundo era inaceptable. Fue en ese momento cuando se comenzaron a afilar las navajas. Gallardón hizo el amago de marcharse, lo que frenó Rajoy con el compromiso de contar con él en su futuro nuevo equipo.
Lo dicho, si hubieran ganado las elecciones las navajas seguirían guardadas. Pero no fue así. Y ahora resulta que Rajoy es de izquierdas y hasta Fraga (el mismo que perseguía estudiantes a caballo por la complutense) es un peligroso rojo. ¡Tiene gracia la cosa!
Yo personalmente me alegro enormemente de todo esto, me alegro de que se quiten las caretas y veamos el verdadero lado oscuro que gobernaba en el pp, y que no es otro que ese que acusa al centro-derecha de ser poco menos que marxistas. Ese es el pp que ha medrado en la política española en los últimos lustros, un grupo de egoistas unicamente preocupados por la obtención del poder por encima de todo; para una vez ahí convertir el estado en su propia empresa, donde hacer y deshacer de acuerdo a la voluntad no de aquellos que les han elegido, sino de acuerdo a sus propios intereses.
El fiel retrato de la derecha, a quien le importa bien poco el bien común, la igualdad social o los derechos de sus conciudadanos. Lo público es algo que no entra en su vocabulario. A la derecha sólo le ha importado, sólo le importa y sólo le importará su propio ombligo.

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