viernes, 15 de noviembre de 2013

LA VENTA DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS

La huelga se está llevando a cabo en Madrid tiene la ciudad convertida en un vertedero en el que cohabitan peatones con bolsas de basura y desperdicios, y corre el riesgo de convertirse en un problema de salubridad, lo que resulta más peligroso que el meramente estético resultado de ver las calles y sus museos y monumentos rodeados de montañas de basura.
Este servicio, por el que quienes viven en Madrid o tienen una propiedad en su término municipal, venimos años pagando un impuesto que fue recuperado en la anterior legislatura por el que alcalde electo, Ruíz-Gallardón, fue vendido, externalizado en la jerga neoliberal, el pasado verano a un conglomerado de empresas, Valoriza, OHL y FCC son las más conocidas, por un total de 2.316 millones de euros y una duración de ocho años
Esta huelga, por tanto, no es propiamente del servicio de “limpieza y conservación de los espacios públicos” del propio ayuntamiento, ya que esté decidió deshacerse de lo que consideraba un gasto innecesario y que fueran empresas externas las que lo gestionaran. Sin embargo el ayuntamiento ha tenido la desfachatez de seguir exigiendo el cobro del impuesto por un servicio que no presta y que las empresas concesionarias están faltando a cubrir porque sus cuentas así lo exigen.
Cabe la reflexión por tanto acerca de qué ocurre cuando hechos como estos tienen lugar. Servicios públicos esenciales, que las administraciones están obligados a prestar a sus ciudadanos, pues es el compromiso que adquieren con ellos cuando son elegidos como sus representantes, son depositados en empresas cuyo único fin, recordemos, es lucrarse, aún a consecuencia de rebajar la calidad de estos servicios, pues ¿qué es si no diezmar una plantilla y rebajar el sueldo a los afortunados que se mantienen en ella? ¿O es que pensamos que esa mayor carga de trabajo y esa disminución de salario no repercutirán en la labor de los trabajadores?
Hoy es el servicio de recogida de basuras, pero mañana pueden ser los hospitales, el transporte público o, quien sabe, si también la educación acabará igualmente vendida al mejor postor.

¿Y los ciudadanos a quienes reclamamos? ¿A OHL? ¿A FCC? ¿Al ayuntamiento? Aunque con éste último las cuentas de su gestión se ajustarán en las próximas elecciones, este contrato seguirá en vigor será heredado por el nuevo equipo de gobierno. Mientras, durante los meses de octubre y noviembre el ayuntamiento continuará ingresando el dinero que cobra a los ciudadanos madrileños por un servicio que dejó de prestar.

No hay comentarios: