miércoles, 26 de mayo de 2010

REFLEXIONES

No me gustan las medidas recientemente aprobadas por el gobierno y que se van a aplicar con la intención de tratar de reducir el deficit, son acciones que han sido dictadas por Europa para proteger el euro ante el ataque que la moneda está sufriendo por parte de los especuladores y que el gobierno español se ha visto forzado a aceptar, abandonando así sus principios más elementales y dando un giro a la política que ha venido desarrollando durante estos años y que había dado esperanzas de que había otra forma de hacer política alejado de la corriente ultraliberal en que se recuesta Europa. Detesto que la economía mundial, y por ende la europea, gire bajo los dictámenes de unos agentes bursátiles y una banca que especulan con el dinero de todos con la complacencia de los distintos gobiernos, máxime cuando han sido estos mismos quienes han originado esta crisis de la que seguro saldrán con los bolsillos llenos. Tampoco me gusta que no se sumen a las nuevas medidas impulsadas desde el ejecutivo otras que graven las rentas más altas, las cuales parece que siempre pasan de puntillas sobre los ajustes del gobierno de turno, de esta forma serían más digeribles por la sociedad al ver que también los que más tienen arriman el hombro. Y claro, tampoco me gusta la sensación de improvisación que lleva dando el gobieno español en su gestión de la crisis, la cual parece que ha consistido en ir probando distintas soluciones y parcheando medidas, aunque, y rompiendo una lanza en su favor, quizás ha actuado así para intentar resistir en su ideario, por lo que estaríamos asistiendo a cómo otra forma de hacer política acaba siendo engullida por la insaciabilidad de aquellos que manejan los hilos y que no quieren perder su posición de dominio.
Sin embargo me veo obligado a desmontar la estrategia claramente electoralista del pp, una estrategia basada en la máxima de que una mentira repetida hasta la saciedad acaba convirtiéndose en verdad. Para ello cuentan con la memoria cortoplacista de la sociedad española y con el empleo de la más absoluta falta de escrúpulos y la demagogia más lamentable. Así su mantra es que el actual gobierno socialista es el que menos política social ha llevado a cabo y el que más recortes sociales ha aplicado.
Antes era eta, después su mala gestión de la crisis y ahora y a raíz del nuevo plan de ajuste del gobierno, se lanza como abanderado del trabajador y de las medidas sociales, llegando incluso en lo que ya resulta el colmo del cinismo a autoproclamarse el "partido de los trabajadores y de las medidas sociales". Recordemos que el plan del gobierno para reducir el déficit y salir de la mala situación económica ya estaba activado y era a tres años vista, sin embargo el ataque especulador al euro, con no sabemos que ocultas intenciones, ha forzado lamentablemente al gobierno español a claudicar y a llevar a cabo ajustes más radicales.

Pero las cifras están ahí y éstas no mienten. Durante seis años se ha aumentado un 58% el gasto social, incluyendo subidas por encima de IPC en pensiones - algunas han llegado a aumentar hasta un 50% - y salario mínimo interprofesional, por contrario el pp en 8 años de gobierno no incrementó nada más allá del IPC, se dedicó a gobernar a base de decretazos y a privatizar servicios esenciales como son la enseñanza y la sanidad. El gasto social fue reducido y las becas educativas dejadas de lado, encontrándose éstas en el año 2004 entre las más bajas de Europa. Ahora que intentan erigirse en salvadores de los funcionarios y de los pensionistas debemos recordar que su programa de gobierno incluía la congelación de los salarios de los trabajadores del estado - algo que ya hizo cuando gobernó -, además de una drástica reducción de puestos en la administración publica. Proponía también modificar el Pacto de Toledo, ese al que tanto remite en estos días, creando un sistema de pensiones semi-privadas que poco a poco acabaran absorbiendo a las publicas. Y claro, bajar los impuestos con los que se construyen hospitales y escuelas, se ofrecen becas y se ayudan a aquellos que más lo necesitan. Para eso ya estarían las émpresas privadas, ávidas de explotar ese filón. Todo ello con la idea de reducir a la mínima expresión un gasto social que para ellos resulta una rémora.
Así que no me vengan ahora con demagogia barata, porque su receta todos la conocemos y consiste en construir riqueza con pies de barro y ésta, como hemos comprobado recientemente sabemos todos cómo acaba y a quienes beneficia.
Una pregunta que no quiero dejar de lanzar al aire es hasta cuando tendremos que aceptar el chantaje al que son sometidos los gobiernos por parte de las grandes empresas y de la banca. Porque realmente esto sí que tiene solución, pero para ello es necesario cambiar un sistema tremendamente injusto que pone la economía mundial en manos de aquellos que más tienen y cuya única preocupación por encima de todo es seguir acaparando riqueza. Para ello se necesitan gobiernos dispuestos a poner cortapisas a aquellos que acaparan el dinero, poner un pie en la pared y realizar políticas económicas que beneficien a todos y no a sólo unos pocos. El problema es que la rueda gira en un sentido y si te sales de ella te ahogan hasta que pidas volver al redil o un cambio de gobierno haga que el país vuelva a tirar de la noria. ¿Son los gobiernos dueños de sus políticas o son simples títeres de aquellos que mueven los hilos y les encumbran o les hunden según sus propios intereses? Al momento actual me remito, la crisis pasará, algunos gobiernos no la superarán y otros nuevos y más dispuestos a nadar en la corriente vendrán a sustituirlos. Pero una cosa es segura, los que acabarán sacando beneficio serán los mismos de siempre, y los que acaben con el agua al cuello también. Eso nunca cambia.

sábado, 15 de mayo de 2010

EL FIN DE LA CEJA

"Corren malos tiempos para la lírica" cantaba Golpes Bajos allá por los años ochenta. Y la lírica murió el miércoles pasado en el gobierno español. Murió la poesía y el político quedó herido de gravedad, aun no sabemos si terminal. La política mató a la ceja y seis años de lirismo quedaron enterrados bajo la tijera y el mazo. En su defensa, el presidente y su equipo de gobierno aluden a un ejercicio de responsabilidad para dar un giro de ciento ochenta grados en su política económica y social, virando hacia posiciones que poco o nada tienen que ver con su principios socialistas. Ocurre que en estos tiempos de economía de mercado y de ultraliberalismo económico no sólo se deslocalizan las empresas, sino que también la política se deslocaliza. Todo gira en una misma rueda y si osas sacar un pie de ella el mercado te castigará con dureza, te chantajeará del modo más cruel y procurará que vuelvas antes de media noche pidiendo clemencia y olvidando tus devaneos.
El miércoles la política mató a la ideología y no sabemos si ésta volverá algún día; pero la ceja, su gesto amable y lleno de esperanza, ese ya no volverá.