sábado, 15 de agosto de 2009

ATAQUE AL ESTADO DE DERECHO

Asisto perplejo en este mes de Agosto a las declaraciones que en cadena se vienen produciendo de dirigentes del PP acerca de la acción de la justicia en las causas abiertas contra quienes son o han sido responsables de gobiernos autonómicos o de parcelas en la organización del partido. Me froto los ojos y confío en que todo no sea más que golpes de calor producto de los calores veraniegos, pero mis ilusiones se van rápidamente al traste al comprobar que esto no es así y que en lugar de una rectificación a cada declaración le sigue otra más fuerte aún; otra declaración que pone a los pies de los caballos el estado de derecho en el que vivimos.
Y esto es exactamente lo que está haciendo el Partido Popular, porque cuando un miembro de ese partido se descantilla de tal forma y no es desatorizado por sus superiores, sino que además de ratificarle se suman a su causa, ya no podemos hablar de calentón, sino de una estrategia plenamente trenzada y con un fin muy concreto: recuperar el poder que las urnas llevan ocho años negándoles.
Ya intentaron algo similar en vísperas del 14 de Marzo de 2004, cuando en último momento y viendo que las últimas encuestas auguraban el vuelco electoral que acabó sucendiendo, trataron de paralizar el proceso electoral amparados en el estado de emergencia en que los atentados del 11M sumieron al país y los millones de personas que nos echamos a la calle pidiendo que dejaran de manipular la información oficial. Afortunadamente no se salieron con la suya y las elecciones se desarrollaron con total normalidad con el resultado por todos conocido.
Ahora y con esta actitud chulesca y de desprecio por el estado de derecho pretenden un golpe de estado institucional, agitando ante los ciudadanos el fantasma de regímenes socialistas que nada tienen que ver con el gobierno de la nación. Pretenden alentar de este modo a que los ciudadanos tomemos las calles de nuevo, pero esta vez para exigir un cambio de gobierno. En este país prima el sensacionalismo ante la reflexión, el camino rápido ante la paciencia de la preparación, por eso la sociedad española tiende a creerse gran parte de aquello que escucha en un tono de mayor vehemencia y se inclina a creer a aquel que grita más, en lugar de pararse y analizar con tranquilidad qué está sucediendo; por lo que no es descartable que el mensaje cale en gran parte de una sociedad sensibilizada ya por la actual crisis económica.
Lo que está sucediendo es un ataque en toda regla a la justicia y a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, a quienes acusan de seguir dictámenes del gobierno y, por tanto, de falta de profesionalidad e independencia. Un ataque en toda regla al estado de derecho y que todos aquellos que creemos en los valores democráticos no debemos tolerar.

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