Después de dos semanas escuchando el nuevo disco de Robert Smith y compañía las sensaciones que me ha producido el albúm son extrañas. Extrañas porque quizás mis expectativas ante cada nuevo disco son siempre máximas; extrañas porque siempre espero ese nuevo "Disintegration", un disco que marcó un antes y un después; extrañas porque han vuelto ha sorprenderme con un disco al que no puedo encuadrar realmente ni asemejarlo a alguno de los anteriores, ya que posiblemente tenga un poco de todos los que han sacado en los últimos veintiun años, desde aquel torrente de singles que fue "Kiss me Kiss me Kiss me".
El disco abre con la antológica "Underneath the Stars", durante los siguientes cinco minutos tuve la sensación de que habían conseguido ese disco maravilloso con el que siempre espero que nos vuelvan a deleitar; pero mis anhelos se ven pronto derruidos cuando llegan las canciones tres y cuatro: "The Reason Why" y "Freak Show", dos canciones que junto con "The Perfect Boy" y "This, Here and Now, With You" quizás expliquen el 4 del título del disco, 4 canciones de 13 que lo forman y que nadie echaría de menos si no estuvieran en él. Incrustadas entre estas cinco canciones están las otras ocho, de las que destacaría la magníficas "The Hungry Ghost", "Switch" y "The Scream".
El disco despide con otra pequeña maravilla "It´s Over", lo que suena a que esta vez sí que es la definitiva, que van a guardar las guitarras, la percusión, los bajos y los teclados junto con el lápiz de ojos y los peines de cardar y se van a dedicar a otros menesteres.
Sólo espero que de vez en cuando les quiten el polvo y nos hagan una visita para deleitarnos con otras tres horas de directo, donde cada vez que salen dan el máximo, nunca nos decepcionan y siempre nos dejan con ganas de otras tres horas más.
Aunque muchos sigamos esperando ese nuevo "Disintegration".