lunes, 26 de agosto de 2013

BASTA YA DE VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

Eres un mierda. No se te ocurra volver a ponerme la mano encima. ¿Qué coño pasa por tu cabeza cuando me miras con los ojos inyectados en sangre y la mano levantada? O cuando me insultas o menosprecias cualquier cosa que hago.
Te crees con derecho a controlar mi vida y a decidir qué me pongo o con quien salgo por el hecho de que un día te elegí como pareja. Pues olvídate porque no pienso volver a permitirlo. ¿Quién coño te crees que eres? Confundes el amor con la obsesión, confundes querer con poseer, confundes mi vida con la de alguien que tú quieres que sea, alguien que nunca seré porque no voy a cambiar. Tú no me vas a cambiar.
La próxima vez que sientas tu puño lleno de ira, hazme un favor y golpea tu cara, así tu cabeza podrida sentirá hacia donde te lleva tu odio.
Y si se te ocurre ir a la cocina y coger un cuchillo, hazte un favor a ti mismo, haz un favor a este mundo y húndelo en tu carne. Así sentirás como tu vida de mierda se escapa de tu cuerpo mortal.

La lacra de la violencia machista en España continua. Según estadísticas del INE son 32,000 las mujeres que la sufren al año, lo que significa que casi cuatro mujeres son agredidas cada hora y muy probablemente una esté sufriendo una agresión mientras lees estas líneas.
Llama poderosamente la atención el hecho de que la mayor tasa de agresiones por población se da en edades entre los 20 y los 29 años, y resulta igualmente espeluznante el aumento de éstas entre menores de edad. Lo que lleva a pensar que las perspectivas no son precisamente halagüeñas.
Este es un problema incrustado en la sociedad española, una sociedad que aunque parece dar pasos hacia la igualdad sigue mostrando cierta tolerancia con este tipo de violencia y sigue, de algún modo, otorgando superioridad al hombre sobre la mujer.
Es la educación desde la más temprana edad, despojando los hogares de este tipo de comportamientos, la que podrá eliminar esta violencia ejercida contra las mujeres y hacer que este machismo imperante acabe desapareciendo. Y de este modo poder construir una sociedad más igualitaria y justa; más justa, claro, para las mujeres.